Esta playa poco conocida reparte su costa en tres segmentos: uno de casas vacacionales, otro de bares y ranchos rústicos a la orilla de un pequeño estero, y uno final de haciendas rurales que guardan su vegetación silvestre frente al oleaje.
Permanece bastante solitaria durante todo el año, excepto por los días domingo y la Semana Santa, cuando es muy visitada por gente de las ciudades y pueblos cercanos.
La potencia del mar, según la marea, es a veces muy tranquila y otras muy vigorosa, apta para sesiones de surf. Cuando está más alta la marea, el agua sube hasta cerca de los ranchos y las casas, así que es mejor no estacionar el vehículo donde la arena está más fina, en la playa. Esa arena aún conserva el rastro abundante de restos de conchitas de mar.
La zona de los ranchos está en el centro de la franja de playa, y es la parte más pública. Aquí, más de una decena de ranchos rústicos, algunos más sencillos que otros, se alinean en dos filas paralelas -separadas por una calle de arena-, las cuales van desde la carretera de entrada, hasta cerca del mar. Casi cada rancho es un negocio familiar, que funciona como bar y restaurante. Hay algunos servicios higiénicos rurales disponibles.
Los visitantes pueden alquilar un rancho, en el que se le acomodan algunas sillas y una mesa para aprovechar la sombra. Las bebidas disponibles son generalmente gaseosas, agua, cervezas y ron. El menú de comida es un poco más amplio: pescados frescos, ceviches, sopas, carnes y pollo, preparados de forma casera.
La oferta no varía mucho de rancho en rancho, así que la elección quedará al visitante según comodidad, disponibilidad y ubicación del rancho. Cada quien puede asimismo traer su comida y bebida, y optar por solo rentar el espacio. Con una mesa de cuatro sillas plásticas, un ranchito puede ser alquilado en según el precio que quiera darle el propietario.
Aún no hay opciones de hospedaje disponibles en esta playa, pero el lugar es apto para acampar y aprovechar los servicios de los ranchos. La zona es muy segura la mayor parte del tiempo, aunque no tanto en semana santa, cuando se llena de mucha gente y entre ellos algunos no muy amistosos y honestos.
Tambien te puede interesar leer: Receta de las Manuelitas Nicaragüenses
El estero de agua dulce y fresca es otro punto interesante aquí. Éste es el final de un pequeño río que viene de las cimas cercanas y desemboca en el mar. Es muy pequeño, aunque puede aumentar mucho el caudal en lo más intenso de la temporada lluviosa. Alrededor hay muchos árboles y vegetación, lo que da una imagen de playa silvestre.
Playa Los Cajones se encuentra entre las playas de Quizalá y Costa Azul. La extensión es ambigua para los locales (tendremos que verificar con la municipalidad), pues para algunos abarca unos 300 metros, mientras que para otros son apenas 100 metros frente a la zona de ranchos. Aquí transita de tanto en tanto gente de las comunidades campesinas y pesqueras cercanas, por lo que no es una playa totalmente vacía. Pero el baño de mar es muy agradable, el estero pequeño es bonito y refrescante, la sombra disponible es abundante y la ubicación es remota, así que será siempre un destino interesante para visitar.
La mejor manera de llegar aquí es con vehículo propio; sí hay una opción de transporte público, pero es muy escasa.
En automóvil propio, la vía más corta para llegar es venir por la Carretera Vieja a León, y tomar la carretera adoquinada que va a las playas (hay rótulos que dicen Montelimar, Pochomil, Masachapa). Se sigue por esa carretera adoquinada por unos 27 kilómetros, hasta llegar a la entrada de una carretera rural a mano derecha, en donde hay un rótulo que dice “Costa Azul”. Se toma esa carretera de tierra, que se continúa por unos 3 kilómetros y medio, hasta que se mira un desvío a la izquierda (la carretera principal sigue hasta las siguientes playas). Hasta este desvío el camino es transitable en cualquier vehículo, pero en el desvío comienza una bajada en no muy buen estado. Esa bajada es el inicio de la calle de unos 600 metros que llega hasta frente de la playa, circulando entre las filas de ranchos.
En transporte público, hay un bus que pasa ida y vuelta, dos veces por semana, frente a la entrada de la calle de acceso a Los Cajones. El bus viaja entre la comunidad El Sapote y el pueblo de San Rafael del Sur, cabecera del municipio (es 1 hora 30 minutos ese viaje). También el bus pasa por el pueblo de Masachapa, frente a la playa del mismo nombre. El bus pasa los lunes y viernes; sale a las 7:00 am de El Sapote rumbo a San Rafael, y sale a las 12:00 del mediodía de San Rafael a El Sapote. La gente de los ranchos puede indicarle a qué hora tomar el bus por la entrada a la playa, y el busero puede indicarle donde descender para llegar a Los Cajones.