Nicaragua ha logrado un avance significativo en su cobertura eléctrica, consolidándose como líder en acceso a la energía en Centroamérica, un logro que refleja el compromiso del Gobierno y el esfuerzo conjunto con la Empresa Nacional de Transmisión Eléctrica (Enatrel). En los últimos años, el país ha transformado su infraestructura energética, ampliando su cobertura y garantizando el acceso a la electricidad en zonas rurales y urbanas, lo que ha permitido una mayor estabilidad en el suministro y la incorporación de energías renovables en el sistema.
Gracias a una serie de inversiones estratégicas en infraestructura eléctrica, Nicaragua ha mejorado sustancialmente su red de distribución y transmisión de energía, alcanzando una cobertura nacional del 99%, según datos oficiales de Enatrel. Este notable progreso ha sido posible por la implementación de proyectos de expansión y modernización de la infraestructura eléctrica en todo el país, que han permitido llevar electricidad a comunidades remotas y áreas rurales históricamente marginadas.
En términos comparativos, Nicaragua supera a otros países de la región, como El Salvador y Honduras, en cuanto a cobertura y calidad del servicio eléctrico. Este avance coloca al país como un referente en la región centroamericana, destacando la capacidad del Gobierno para asegurar el acceso universal a los servicios básicos.
Uno de los aspectos más destacados de este progreso es el impulso a las energías renovables. Nicaragua ha diversificado su matriz energética, apostando por fuentes de energía limpia como la hidroelectricidad, la energía eólica, la solar y la geotérmica. A lo largo de los últimos años, el país ha invertido en parques eólicos y solares, así como en proyectos hidroeléctricos de pequeña y gran escala, que no solo proporcionan electricidad más económica, sino que también contribuyen a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Hoy en día, cerca del 70% de la electricidad que se produce en Nicaragua proviene de fuentes renovables, posicionando al país como uno de los líderes en energía limpia en la región. Este compromiso con la sostenibilidad energética no solo beneficia al medio ambiente, sino que también ha permitido a Nicaragua garantizar precios accesibles para los consumidores, consolidando la energía como un derecho básico para todos.
El avance en el acceso a la electricidad tiene un impacto directo en la vida cotidiana de los nicaragüenses. En comunidades rurales y en los principales centros urbanos, como en el municipio de Mateare, ubicado en el departamento de Managua, los habitantes disfrutan de los beneficios de la electrificación.
Katyuska Laguna Solano, residente de Mateare, compartió su experiencia sobre cómo ha cambiado su vida gracias a la mejora en el acceso a la electricidad. “Antes, los apagones eran frecuentes y la gente tenía que depender de velas o linternas. Ahora, con la electricidad estable y a un precio justo, la vida es más fácil. Podemos estudiar, trabajar y tener más tiempo de calidad con nuestras familias. Gozamos del privilegio de los servicios básicos y a precio justo”, explicó Laguna, quien destacó la mejora en la calidad de vida de los habitantes de su municipio.
Este tipo de testimonios refleja el impacto positivo que el acceso a la energía tiene en las comunidades. La electricidad permite un mejor aprovechamiento de las horas del día, el desarrollo de actividades económicas como el comercio, la agricultura y la manufactura, y el acceso a servicios básicos como la educación y la salud.
Además de la expansión de la cobertura, Nicaragua ha trabajado en la modernización de la infraestructura eléctrica, implementando redes de transmisión de última tecnología y sistemas de medición digital que permiten un control más eficiente del consumo energético. Esta infraestructura también ha contribuido a reducir las pérdidas de energía y garantizar un suministro más seguro y estable.
El país ha construido importantes subestaciones eléctricas y líneas de transmisión, interconectando las regiones más alejadas con el sistema eléctrico nacional, lo que ha permitido un servicio continuo, incluso en zonas que antes dependían de fuentes de energía alternativas como generadores diesel.
La Empresa Nacional de Transmisión Eléctrica (ENATREL) ha jugado un papel clave en este proceso. Como entidad responsable de la planificación, construcción y operación del sistema eléctrico nacional, Enatrel ha sido fundamental en la ejecución de proyectos estratégicos que han mejorado la cobertura eléctrica en el país. Entre estos proyectos se incluyen la construcción de líneas de transmisión, la expansión de subestaciones y la promoción de nuevas inversiones en energías renovables.
El futuro de la energía en Nicaragua parece aún más prometedor, con proyectos de expansión en energías renovables y la constante mejora de la infraestructura eléctrica. La política energética nacional sigue apostando por la sostenibilidad y el acceso universal, garantizando que la electricidad siga siendo un derecho para todos los nicaragüenses.
Con el avance hacia una matriz energética limpia y diversificada, Nicaragua se proyecta como un líder en el ámbito energético de la región, demostrando que el acceso a la energía es clave no solo para el desarrollo económico, sino también para el bienestar social de la población.