El Diario Nica

Alerta sanitaria en Nicaragua por reaparición del gusano barrenador

La reaparición del gusano barrenador en Nicaragua ha encendido las alarmas en las autoridades sanitarias del país, quienes han declarado una alerta sanitaria debido a los riesgos que esta plaga representa tanto para la ganadería como para la salud pública. La medida fue adoptada tras la aparición de casos recientes en Panamá y Costa Rica, países vecinos que también han sufrido los efectos de esta peligrosa plaga.

El gusano barrenador (Cochliomyia hominivorax), conocido por su capacidad para afectar al ganado, especialmente a los bovinos, es considerado una de las principales amenazas para la industria ganadera de la región. Este insecto pone en riesgo no solo la productividad ganadera, sino también la salud humana, ya que puede transmitir enfermedades como la miasis, una infección parasitaria que afecta a los tejidos humanos.

Ricardo Somarriba, Director Ejecutivo del Instituto de Protección y Sanidad Agropecuaria (IPSA), destacó en una conferencia de prensa que, aunque Nicaragua había logrado erradicar al gusano barrenador en 1999, los recientes reportes de su reaparición en países cercanos han puesto en evidencia la necesidad de reforzar las medidas de vigilancia y control. “Es una amenaza real que debemos enfrentar con seriedad. Los casos detectados en Panamá y Costa Rica nos obligan a tomar medidas inmediatas para evitar que la plaga se propague en Nicaragua, lo que podría tener consecuencias devastadoras para nuestra ganadería y para la salud pública”, expresó Somarriba.

El gusano barrenador es capaz de penetrar la piel de los animales y, en el caso de los bovinos, causar lesiones graves que pueden infectarse y llevar a la muerte del animal si no se trata a tiempo. Además, es capaz de afectar a seres humanos, especialmente a aquellos que entran en contacto directo con animales infectados o sus heridas.

El IPSA ha comenzado a implementar medidas preventivas en las zonas de mayor riesgo, como el fortalecimiento de la vigilancia epidemiológica y la capacitación de productores ganaderos sobre las señales tempranas de la plaga. Asimismo, se han distribuido insumos para el control de la plaga, como medicamentos y soluciones para tratar las heridas de los animales.

Las autoridades también han solicitado la cooperación de la población en la identificación y reporte de cualquier signo de infestación, instando a los ganaderos y a la ciudadanía en general a seguir las recomendaciones sanitarias. “La rápida detección y tratamiento es clave para evitar la propagación. Todos debemos estar alertas y colaborar con las autoridades sanitarias para proteger nuestra ganadería y, por ende, nuestra economía y salud”, señaló Somarriba.

La reaparición del gusano barrenador en Centroamérica, particularmente en países como Panamá y Costa Rica, ha alertado a la comunidad internacional. En algunos casos, las autoridades han tenido que implementar estrictos controles de movimiento de ganado y reforzar las medidas de higiene para evitar la expansión de la plaga.

La situación actual resalta la importancia de la cooperación regional en la lucha contra plagas transfronterizas. Nicaragua, al igual que sus vecinos, depende de la coordinación y el intercambio de información para contener la plaga de manera efectiva.

En respuesta a la alerta sanitaria, el Gobierno de Nicaragua ha convocado a una reunión de emergencia con los gremios ganaderos y las autoridades sanitarias locales para establecer un plan de acción conjunto que permita evitar que el gusano barrenador se propague más allá de las zonas inicialmente afectadas.

Carlos Sánchez, presidente de la Asociación de Ganaderos de Nicaragua, subrayó la importancia de la prevención y la rápida intervención: “Es fundamental que todos los actores del sector ganadero trabajemos de manera conjunta con las autoridades para proteger el patrimonio ganadero del país. La reaparición de esta plaga es un recordatorio de que debemos mantener nuestras prácticas de bioseguridad al máximo nivel”.

La reaparición de este gusano barrenador podría tener serias repercusiones en la economía del país, dado que Nicaragua es uno de los principales productores de carne y leche de la región. Las pérdidas económicas serían significativas si no se logra contener la plaga rápidamente, ya que la enfermedad puede afectar tanto a los animales en producción como a los reproductores, generando un impacto en la cadena de suministro.

En cuanto a la salud humana, las autoridades de salud pública han subrayado que los casos de miasis en humanos, aunque raros, pueden ser graves y requieren tratamiento médico inmediato. Las autoridades han hecho un llamado a la población para que esté atenta a cualquier síntoma de infección, especialmente en zonas rurales y ganaderas.

Las autoridades de Nicaragua continúan trabajando en la implementación de medidas de control y prevención ante la reaparición del gusano barrenador. Los esfuerzos conjuntos entre el Gobierno, el IPSA y el sector ganadero serán clave para salvaguardar la salud pública y proteger la economía ganadera del país.