Llega a México con la posibilidad de un podio, o más, si el Red Bull mantiene el rendimiento de Austin.
Somos subcampeones del mundo. Tuvimos momentos difíciles, pero la clave fue nunca rendirnos.» Esta frase de Checo Pérez en la entrega de premios de la FIA del año pasado refleja perfectamente el momento previo al Gran Premio de México.
Lleva estas palabras en la parte trasera de su casco, bien visibles. La carrera de Checo en la F1 no ha sido fácil; ha enfrentado numerosos desafíos y ha sabido sobreponerse a cada uno de ellos. Quizás sus años más tranquilos fueron en Sauber, donde, a pesar de manejar un coche modesto, logró tres podios y le robó valiosos puntos a Alonso en Monza. Luego pasó a McLaren, donde tuvo un choque con Dennis.
En Force India, Checo tuvo que enfrentar un equipo con pocos recursos pero lleno de entusiasmo, un espíritu que él mismo contagiaba. Gracias a su esfuerzo, lograron seis podios y la única victoria en la historia del equipo. En su última etapa, llegó a avalar nóminas con su salario. Sin embargo, tras su primera victoria, Stroll lo dejó fuera del equipo una carrera después, al inicio de la transformación que daría lugar a Aston Martin, que todavía busca su primera victoria.
En 2021, Red Bull lo rescató del retiro para reemplazar a Albon, marcando el inicio de la etapa más exitosa y mediática de Checo. Ganó en Azerbaiyán, cuando más lo necesitaba el equipo, y se convirtió en un elemento clave para el primer título de Max Verstappen, destacándose en carreras memorables como las de Turquía y Abu Dhabi.
Checo siempre supo que fue fichado para respaldar a Verstappen y entendió su rol desde el principio. Reconocía que era el segundo mejor detrás de su compañero y, al comenzar 2022, soñó con luchar por el título. Sin embargo, sus esperanzas se topaban con la realidad: para ser campeón en un equipo con un claro número uno, se necesita que al líder le vaya mal, algo que no ha ocurrido en estas cuatro temporadas.
Un buen resultado en casa
Llega a México, donde sus mejores resultados han sido dos terceros puestos en 2021 y 2022, y debe poner fin a una racha de resultados bajos, en gran parte porque su coche ya no rinde como antes, y él lo sufre más que Verstappen. Lo que parecía un paseo para Red Bull se ha convertido en un desafío, deteniendo gradualmente el impulso de rivales como Ferrari, McLaren y Mercedes. El Red Bull que dominaba ya no es el mismo; incluso los neumáticos Pirelli, que nadie se atreve a cuestionar, parecen no comportarse igual, ni siquiera en el mismo fin de semana, lo que ha generado quejas de varios pilotos.
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El coche que mejor se adapte a los neumáticos en cada ocasión tiene la ventaja, y en Red Bull no logran tener dos coches dominantes. Solo uno de ellos, pilotado por el excepcional Max, puede defenderse del ataque al liderato, mientras que a Checo le toca nuevamente el rol de gregario, un papel que no puede cumplir debido a las limitaciones de su coche. Esto es algo que en Red Bull son conscientes, como se refleja en los datos. Por eso, muchos de los comentarios que escuchamos, especialmente de Marko, son más para la galería o para motivar a Checo, pero todos, incluido él, saben que su continuidad no está en duda para cumplir su contrato hasta 2025.
La verdadera preocupación de Red Bull
El ambiente en Red Bull es de preocupación, pero no por encontrar un piloto que sustituya a Pérez, sino por recuperar la competitividad perdida en su coche y así tener a ambos pilotos en la parte delantera. Actualmente, el único equipo que cuenta con dos pilotos de punta es Ferrari, que de repente ha conseguido un coche que cuida bien los neumáticos, aunque no saben exactamente cómo llegaron a esa mejora.
En una era donde los coches están equipados con miles de sensores y se acumulan terabytes de información analizada vertiginosamente con inteligencia artificial, sorprende ver a los ingenieros de todos los equipos tan desorientados. Un día, su coche rinde bien, y el mismo fin de semana, su desempeño cambia drásticamente, como le ocurrió a Mercedes en Austin. Casi nadie logra encontrar la solución, y observamos a un Red Bull defendiendo su posición al límite del reglamento, mientras que otro Red Bull tiene dificultades para avanzar en el tráfico, incluso con DRS en las rectas. En este contexto, no se puede cuestionar al piloto, como tampoco lo hace el equipo; los problemas provienen de intereses externos que intentan desestabilizar una estructura sólida, que parece un poco más vulnerable sin Newey.
Checo Pérez no se rinde y sigue luchando, como siempre lo ha hecho, al igual que Fernando, aunque él también enfrenta dificultades con su Aston Martin. Pero ninguno de los dos se da por vencido.
México se prepara para recibir a su héroe
La afición mexicana solo tiene ojos para Checo y se frustra al no verlo campeón del mundo. Sin embargo, debieron saber que en Red Bull hay un líder, como en el ciclismo y otros deportes, y solo si el «patrón» tiene problemas, el segundo piloto tendrá la oportunidad de avanzar. Checo es consciente de ello, lo que puede ser duro para la afición, pero no pierden la ilusión de verlo nuevamente en el podio, como en 2021 y 2022. Este año, las cosas están más complicadas para Red Bull en esta segunda fase de la temporada, pero todos están unidos, como lo estaba España con Fernando antes de su campeonato, o como está Argentina ahora con Colapinto, que ha mostrado destellos de su gran talento, al igual que los pilotos ingleses, Hamilton, Norris y Russell.
Checo dará todo y más este fin de semana, especialmente después de que el año pasado no pudo «regalar» a sus compatriotas ni una vuelta en carrera. El Foro Sol volverá a vibrar en apoyo a Checo, sabiendo que este año el coche no ofrece muchas alegrías.