En el municipio de San Pedro, ubicado en el estado de Nuevo León, México, una familia vivió un momento de asombro y miedo cuando un oso negro irrumpió en su hogar en busca de comida.
El suceso, que rápidamente se volvió viral en redes sociales, destaca la creciente interacción entre animales salvajes y zonas urbanas, fenómeno cada vez más común en la región.
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El oso, de gran tamaño, aprovechó una puerta entreabierta para acceder al interior de la vivienda. Aunque no se reportaron heridos, la familia observó con nerviosismo cómo el animal revisaba el refrigerador y devoraba varios alimentos antes de retirarse pacíficamente.
Este tipo de incidentes, según las autoridades locales, responde a la escasez de alimentos y agua en los hábitats naturales de los osos negros, principalmente provocada por el crecimiento de los asentamientos humanos y la deforestación en zonas aledañas a las montañas.
Expertos en vida silvestre señalan que la construcción de nuevas áreas residenciales ha alterado significativamente el entorno de estos animales, obligándolos a aventurarse en áreas urbanas para sobrevivir.
Las autoridades del estado han emitido recomendaciones a los habitantes de zonas cercanas a reservas naturales, sugiriendo medidas preventivas como mantener puertas y ventanas bien cerradas, y evitar dejar basura o alimentos accesibles en patios o exteriores.
Asimismo, han reiterado la importancia de no confrontar a estos animales y reportar inmediatamente cualquier avistamiento a las autoridades competentes para evitar riesgos.