La Compañía de Jesús ha reconocido públicamente que uno de sus sacerdotes cometió abusos en Madrid. A través de una carta dirigida a los miembros de un grupo espiritual, la orden religiosa admitió la “conducta inapropiada” del jesuita y pidió perdón por los hechos ocurridos.
En la misiva, los jesuitas confirmaron que el sacerdote fue apartado de sus funciones, aunque no se le informaron los detalles específicos de las acusaciones. La carta también menciona que el sacerdote mostró una firme voluntad de revisar sus conductas del pasado.
La Compañía de Jesús ha sido criticada por su respuesta, considerada insuficiente por algunos sectores. A pesar de reconocer los abusos, la orden destacó la vida de “entrega al evangelio” del sacerdote, lo que ha generado controversia y debate sobre la manera en que se manejan estos casos dentro de la Iglesia.
Este reconocimiento se produce en un contexto de creciente presión sobre la Iglesia Católica para abordar de manera más transparente y efectiva los casos de abuso sexual. Organizaciones de víctimas y defensores de derechos humanos han instado a la Compañía de Jesús a tomar medidas más contundentes y a garantizar que se haga justicia para las víctimas.
La Compañía de Jesús ha reiterado su compromiso con la protección de los menores y la prevención de abusos, y ha asegurado que continuará trabajando para mejorar sus protocolos y procedimientos en este ámbito.