Además, recordó que el Consejo de Seguridad de la ONU, es una plataforma para intercambiar opiniones sobre problemas globales urgentes, al mismo tiempo es el principal organismo encargado de promover la paz y seguridad internacional.
En una reunión que sostuviera el canciller ruso Sergei Lavrov, en el Consejo de Seguridad de la ONU, afirmó que hoy Oriente Medio está nuevamente al borde de una gran guerra, que “algunas personas realmente quieren”.
«Es necesario detener inmediatamente la espiral de violencia antes de que la situación se salga completamente de control, algo que, como dije, algunas personas realmente quieren y están tratando de provocar una gran guerra».
El ministro de Asuntos Exteriores, además señaló que Moscú condena enérgicamente los ataques israelíes que violan la soberanía del Líbano. Igualmente se dirigió a los representantes estadounidenses diciéndoles la elección es de Washington, es seguir bloqueando los trabajos o poner fin de la guerra.
Para el canciller, sin pleno apoyo a Israel, el conflicto puede terminar rápida y eficazmente, aduciendo que esto ayudaría a crear las condiciones para volver a las negociaciones de paz sobre la creación de un Estado palestino.
Añadió que los miembros del Consejo deben anteponer los intereses del pueblo de Palestina e Israel a consideraciones políticas interesadas y exigir un alto el fuego inmediato, la liberación de todos los rehenes y un acceso humanitario pleno y sin obstáculos.
Hezbolá, desde el ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre de 2023, ha estado bombardeando diariamente el norte del Estado judío. El movimiento dice que sólo detendrá los ataques cuando termine la guerra en la Franja de Gaza. Decenas de ciudadanos israelíes murieron en el bombardeo.
La situación se intensificó después de que las FDI mataron al alto comandante de Hezbolá, Fuad Shukr, el 30 de julio. En agosto, el líder de la resistencia chií, Hassan Nasrallah, dijo que Israel había cruzado todas las líneas rojas.
A mediados de septiembre, equipos de comunicaciones (buscapersonas y walkie-talkies utilizados por miembros de Hezbollah) explotaron en diferentes zonas del Líbano. Según datos oficiales, 37 personas murieron y más de tres mil resultaron heridas. El embajador iraní en el Líbano, Mojtaba Amani, estaba entre las víctimas. Hezbollah, las autoridades libanesas e Irán culparon a Israel. El Estado judío no confirmó ni negó su participación.
Tras la detonación masiva de buscapersonas y radios, Israel comenzó a lanzar ataques en el Líbano, llamándolo Operación Flechas del Norte. El ejército dice que ha atacado más de 2.000 objetivos de Hezbollah, matando a algunos de los comandantes del movimiento. Además, los ataques tuvieron como objetivo edificios donde, según los servicios de inteligencia, se almacenan cohetes y proyectiles destinados a ataques contra Israel.