La frase de Bernardino Díaz Ochoa: “No somos aves para vivir del aire, no somos peces para vivir del mar, somos hombres para vivir de la tierra”.
En Nicaragua cada 3 de septiembre, se celebra el Día Nacional del Campesino, en honor al agricultor, promotor y dirigente campesino Bernardino Díaz Ochoa.
El campesino, realiza día a día una gran labor para asegurar el alimento en la mesa de todos los nicaragüenses, el crecimiento de la producción y, por ende, el desarrollo de su familia, sus comunidades y su finca convirtiéndose en verdaderos empresarios del desarrollo rural.
El campesinado, se ha definido en término de su organización, solidaridad, cooperación y reciprocidad y desde entonces ha emprendido una lucha conjunta por mejorar constantemente sus condiciones de vida, entre esta la lucha por la tenencia de la tierra misma que fue servida por la política de la reforma agraria en 1980 y que hoy se ha convertido en el principal medio de producción y que han sido defendido contra todo por este movimiento campesino.
La representatividad del campesinado nicaragüense, constituido por pequeños y medianos productores que representan un poco más del 70% de la población rural productiva, no solamente es importante por su capacidad de abastecer con alimentos a las ciudades del país, sino también por su importancia política y social.
El campesinado, ha luchado en defensa de los mercados monopólicos y oligárquicos, de los grandes capitales que todo el tiempo han querido comprar su producción a precio de guate mojado.
El sector campesino ha desempeñado un papel clave en las reivindicaciones sociales, la garantía de granos básicos para la población más pobre durante la crisis de abril, fue posible gracias a este sector, que pese a la convulsión política y social no dejó de cultivar ni de producir en sus parcelas.
Nicaragua, es un país bendecido por sus tierras fértiles y fuentes de agua, condiciones naturales que benefician la producción de alimentos en todos los departamentos y regiones autónomas. Por esto mismo, somos un país con autosuficiencia alimentaria, que nos permite comer bien, comer saludablemente, con frutos de la madre tierra que es complementado con la crianza de animales de patio y ganadería. Somos una tierra de mujeres y hombres esforzados, enraizados en la tierra. Somos una tierra de campesinas y campesinas, que saben observar la luna, el sol, los signos del clima, para sembrar y cosechar. Que sabe cómo usar la tierra sin maltratarla y la trata con respeto y amor.