En un avance prometedor para la medicina, un equipo internacional de científicos ha descubierto que un fármaco desarrollado originalmente para tratar el cáncer podría ser eficaz en el tratamiento del alzhéimer en sus primeras fases. Este hallazgo abre nuevas esperanzas para millones de personas afectadas por esta devastadora enfermedad neurodegenerativa.
El estudio, publicado en la prestigiosa revista Science, fue liderado por investigadores de la Universidad de Stanford, en colaboración con el Instituto Salk de Estudios Biológicos y la Universidad Estatal de Pensilvania. Los científicos se centraron en la vía de la cinurenina, un regulador crítico para el metabolismo cerebral. En el cerebro de los pacientes con alzhéimer, esta vía está sobreactivada, lo que afecta negativamente la producción de lactato, un nutriente esencial para las neuronas.
En experimentos con ratones, los investigadores bloquearon la enzima IDO1, responsable de la sobreactivación de la cinurenina. Este bloqueo permitió restablecer el metabolismo cerebral y mejorar significativamente la función cognitiva de los animales. Los resultados sugieren que los inhibidores de la IDO1, actualmente en desarrollo para tratar varios tipos de cáncer como el melanoma, la leucemia y el cáncer de mama, podrían también ser útiles para tratar el alzhéimer.
El alzhéimer afecta a las partes del cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje, resultando en una pérdida progresiva e irreversible de sinapsis y circuitos neuronales1. Los tratamientos actuales se centran en controlar los síntomas y ralentizar la progresión de la enfermedad, pero no existen terapias aprobadas que combatan su inicio.
La posibilidad de utilizar inhibidores de la IDO1 para tratar el alzhéimer representa un cambio de paradigma. Según Praveena Prasad, investigadora en Penn State y coautora del estudio, «las terapias disponibles actualmente eliminan péptidos que son probablemente el resultado de un problema mayor que podemos tratar antes de que esos péptidos empiecen a formar placas. Si actuamos sobre el metabolismo del cerebro, no solo podemos ralentizar la progresión de la enfermedad, sino invertirla».
Este descubrimiento es un rayo de esperanza para los más de 700,000 españoles mayores de 40 años que sufren de alzhéimer, una cifra que se espera aumente a dos millones para 20501. A nivel mundial, la enfermedad afecta a millones de personas, y la búsqueda de tratamientos efectivos es una prioridad urgente.
Aunque aún se necesitan más estudios clínicos para confirmar la eficacia de estos fármacos en humanos, los resultados preliminares son alentadores. La comunidad científica sigue trabajando incansablemente para encontrar soluciones que mejoren la calidad de vida de los pacientes y sus familias.
En conclusión, el uso de fármacos contra el cáncer para tratar el alzhéimer podría marcar el comienzo de una nueva era en la medicina, ofreciendo esperanza y nuevas posibilidades para combatir una de las enfermedades más desafiantes de nuestro tiempo.