La NASA enfrenta nuevos desafíos en su intento de traer de vuelta a la Tierra a los astronautas Barry Wilmore y Sunita Williams, quienes se encuentran varados en la Estación Espacial Internacional (EEI) desde junio. La misión, que inicialmente debía durar solo ocho días, se ha extendido indefinidamente debido a problemas técnicos con la nave Boeing Starliner.
El Starliner presentó fallos en cinco de sus propulsores y una pérdida significativa de helio, lo que impide su uso seguro para el regreso de los astronautas. Estos problemas han obligado a la NASA a considerar alternativas, incluyendo el uso de una nave Crew Dragon de SpaceX o incluso una nave rusa Soyuz.
La NASA ha retrasado varias veces la decisión sobre cómo proceder con el regreso de los astronautas. Una opción es esperar hasta principios de 2025 para utilizar una nave Crew Dragon, lo que convertiría una misión de ocho días en un viaje de casi ocho meses. Otra posibilidad es utilizar una nave Soyuz, aunque esta opción también presenta desafíos logísticos y técnicos.
A pesar de las dificultades, Wilmore y Williams se encuentran en buen estado de salud y han sido entrenados para enfrentar situaciones de alta presión como esta. Sin embargo, la prolongada estancia en el espacio plantea riesgos adicionales para su salud física y mental.
Joe Acaba, astronauta jefe de la NASA, ha asegurado que la agencia está tomando todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de los astronautas. “Los vuelos espaciales tripulados son inherentemente riesgosos y, como astronautas, lo aceptamos como parte del trabajo”, afirmó Acaba.
La situación actual subraya la importancia de contar con múltiples opciones para el transporte espacial y la necesidad de mejorar la fiabilidad de las naves espaciales. La NASA y Boeing están trabajando en una revisión técnica exhaustiva del Starliner para evitar futuros problemas.
La comunidad internacional sigue de cerca el desarrollo de esta misión, esperando que Wilmore y Williams puedan regresar a salvo a la Tierra lo antes posible.