En un esfuerzo conjunto por buscar una solución pacífica al conflicto en Ucrania, el Vaticano y China han intensificado sus diálogos diplomáticos. Recientemente, el cardenal Matteo Zuppi, enviado especial del Papa Francisco para la paz en Ucrania, sostuvo una conversación telefónica con Li Hui, representante especial del Gobierno chino para asuntos euroasiáticos.
Durante la conversación, ambas partes expresaron su profunda preocupación por la situación actual en Ucrania y subrayaron la necesidad de fomentar el diálogo entre las partes involucradas. Li Hui agradeció al Vaticano por su continuo compromiso en la mediación de la crisis y la entrega de asistencia humanitaria. Por su parte, Zuppi elogió los esfuerzos del Gobierno chino en la promoción de la paz y el diálogo, y en la búsqueda de una solución política al conflicto.
El diálogo entre el Vaticano y China no es nuevo. En septiembre del año pasado, Zuppi visitó Pekín, marcando un avance significativo en las relaciones entre ambas entidades, que no mantienen relaciones diplomáticas formales desde 1951. Durante esa visita, Zuppi y Li Hui discutieron sobre la guerra en Ucrania y la necesidad de aunar esfuerzos para fomentar el diálogo y encontrar vías de paz.
Desde el inicio del conflicto, China ha mantenido una postura ambigua, pidiendo respeto para la integridad territorial de todos los países, incluida Ucrania, y atención para las legítimas preocupaciones de todos los países, en referencia a Rusia. A pesar de esta ambigüedad, China ha seguido profundizando sus intercambios con Rusia, lo que ha generado críticas y escepticismo en la comunidad internacional.
El Vaticano, bajo el liderazgo del Papa Francisco, ha sido un ferviente defensor de la paz y el diálogo. La misión de Zuppi, encomendada por el Papa, busca aliviar las tensiones en el conflicto de Ucrania y abrir caminos hacia una paz duradera. En sus viajes a Kyiv, Moscú y Washington, Zuppi ha mantenido reuniones con representantes políticos y eclesiásticos, promoviendo siempre el diálogo y la reconciliación.
El reciente diálogo entre el Vaticano y China representa un rayo de esperanza en medio de la devastadora guerra en Ucrania. Aunque el camino hacia la paz es largo y complejo, los esfuerzos conjuntos de estas dos entidades muestran que la diplomacia y el diálogo siguen siendo herramientas poderosas para resolver conflictos. La comunidad internacional observa con atención y esperanza estos esfuerzos, esperando que puedan contribuir a una solución pacífica y duradera para Ucrania.