En un clima de creciente tensión social, diversas organizaciones sociales y colectivos feministas han convocado a una serie de protestas en rechazo a la decisión del Gobierno de Dina Boluarte de cerrar el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP). La medida, que implica la fusión del MIMP con el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), ha generado una ola de indignación y preocupación entre defensores de los derechos humanos y de las mujeres.
Las protestas están programadas para este viernes 16 de agosto a las 16:00 horas locales, frente a las oficinas del MIMP en el centro de Lima. Bajo el lema “El MIMP se queda”, los manifestantes buscan visibilizar los peligros que supone la eliminación de esta cartera, argumentando que enviaría un mensaje devastador sobre la necesidad de priorizar las problemáticas de género y las poblaciones vulnerables.
Ruth Luque, congresista y defensora de los derechos de las mujeres, ha criticado duramente la decisión del Gobierno, señalando que «revela una intención de debilitar la lucha contra la violencia hacia las mujeres y postergar los esfuerzos en la protección efectiva a poblaciones vulnerables como adultos mayores, personas con discapacidad, niñez y adolescentes». Según un informe del Programa Aurora, entre enero y mayo de este año, un total de 7,776 niñas y adolescentes han sido víctimas de violencia sexual, lo que subraya la necesidad de mantener y fortalecer el MIMP.
La propuesta de fusión fue anunciada por la presidenta Dina Boluarte durante su mensaje presidencial ante el Congreso de la República el pasado 28 de julio, en el marco de las celebraciones de Fiestas Patrias. Desde entonces, 12 organizaciones feministas de todo el país han emitido pronunciamientos conjuntos expresando su oposición a la medida, argumentando que podría perjudicar los derechos de la población femenina en general.
La eliminación del MIMP no solo afecta a las mujeres, sino también a las familias y comunidades a las que pertenecen. El ministerio ha sido fundamental en abordar la desigualdad histórica y sistemática que enfrentan las mujeres en Perú, quienes han sido históricamente excluidas de oportunidades educativas y laborales, exacerbando su vulnerabilidad y violencia. Además, el MIMP ha jugado un papel crucial en la atención a las crisis que afectan a las familias, con un enfoque prioritario en sus necesidades específicas.
Las protestas convocadas en Perú reflejan un profundo descontento social y una firme defensa de los derechos de las mujeres y poblaciones vulnerables. La comunidad internacional observa con atención estos eventos, esperando que el diálogo y la movilización ciudadana puedan influir en las decisiones gubernamentales y garantizar la protección y promoción de los derechos humanos en el país.