Un devastador incendio forestal amenaza la capital griega mientras el país enfrenta una ola de calor sin precedentes. Con temperaturas que han alcanzado los 47,1 grados Celsius en algunas regiones, Grecia se encuentra en una situación crítica, luchando contra las llamas y las condiciones extremas.
El incendio, que comenzó en la región de Varnava al norte de Atenas, ha obligado a evacuar a más de 50,000 personas y ha calcinado aproximadamente 10,000 hectáreas de terreno. Las llamas, avivadas por fuertes vientos, han avanzado rápidamente, alcanzando áreas residenciales y causando daños significativos en infraestructuras y viviendas.
El gobierno griego ha solicitado ayuda a la Unión Europea para combatir el incendio. Más de 500 bomberos, apoyados por voluntarios y respaldados por 17 aviones y 15 helicópteros cisterna, están trabajando incansablemente para contener el avance del fuego. “La situación es peligrosa porque el fuego se está extendiendo entre las residencias”, informó Vassilis Vathrakogiannis, portavoz del cuerpo de bomberos.
Los residentes de las áreas afectadas han sido evacuados a refugios temporales. Muchos han perdido sus hogares y pertenencias, enfrentando una incertidumbre devastadora. “Comenzó en un punto y el pueblo quedó rodeado en un santiamén. Hace mucho viento”, describió Katerina Fylaktou, una vecina de Varnava.
La ola de calor que azota Grecia ha exacerbado la situación. Con temperaturas récord y una vegetación extremadamente seca, las condiciones son ideales para la propagación de incendios. Los expertos advierten que el riesgo de desertización en Atenas es enorme, ya que se calcula que en los últimos años se ha perdido el 40% del bosque suburbano.
El primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, ha expresado su satisfacción por el trabajo de las fuerzas de Protección Civil, pero también ha reconocido la creciente dificultad de enfrentar estos desastres debido al cambio climático. “Cada año tratamos de mejorar, pero lamentablemente las condiciones son cada vez más difíciles”, señaló Mitsotakis tras una reunión interministerial.
La crisis que enfrenta Atenas es un recordatorio urgente de los desafíos que plantea el cambio climático. La combinación de temperaturas extremas y la rápida propagación de incendios forestales requiere una respuesta coordinada y recursos significativos. Mientras Grecia lucha por contener las llamas, la comunidad internacional observa con preocupación y solidaridad.