Fidel Castro nació el 13 de agosto de 1926 en la finca perteneciente a su padre en Birán (por entonces en el municipio de Mayarí y la antigua provincia de Oriente y ahora respectivamente municipio de Cueto y provincia de Holguín).
Era hijo natural de un emigrado español de Galicia, Ángel Castro Argiz, casado en segundas nupcias años después con Lina Ruz González, cubana natural de Pinar del Río y descendiente también de españoles. Fidel contaba ocho años y medio cuando fue bautizado, y hasta después de 1940 su padre no obtuvo el divorcio de su primera esposa, María Luisa Argota Reyes, y pudo contraer nuevas nupcias con Lina Ruz.
Ambos progenitores eran analfabetos, aunque los dos aprendieron a leer en su madurez. Su padre, de origen humilde, finalmente alcanzaría una sólida posición económica. Con cuatro años Fidel comenzó a estudiar en una escuela en Birán. Sus padres decidieron enviarlo a Santiago de Cuba a la edad de seis años, junto a su hermana Angelita (1923-2012), al cuidado de la que había sido su profesora en Birán. A pesar de la situación económica en el año 1932, la institutriz que lo cuidaba empleaba su asignación para mantener a su familia.
En 1934 ingresó en el colegio lasaliano de Santiago. En septiembre de 1939 se inscribiría en el Colegio de Dolores, de los jesuitas, también en Santiago de Cuba. En 1942 ingresó en el Colegio de Belén de La Habana, donde fue seleccionado mejor deportista del curso 1943-1944. Finalizó el bachillerato en junio de 1945, junto al que sería su cuñado, Rafael Díaz-Balart, su mejor amigo de entonces.
Ingresó en la Universidad de La Habana el 4 de septiembre de 1945. En estos primeros años, su vida académica estuvo caracterizada por su ausencia casi total de las aulas. A partir del tercer año, Castro se dedicó con especial intensidad a su labor académica, matriculándose por libre, y llegando a matricularse en tres carreras (Derecho, Derecho Diplomático y Ciencias Sociales) con la intención de obtener una beca para estudiar en Europa o Estados Unidos.
Fue durante el periodo universitario cuando tuvo acceso a algunas obras literarias que, según él, le permitieron alcanzar una cierta madurez política. Sus primeros pasos en la política fueron en el ámbito universitario. Fue elegido delegado de curso y llegó a recibir amenazas al enfrentarse a un candidato de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) apoyado por el Gobierno de Ramón Grau San Martín.
En 1947, con veintiún años, como presidente del Comité Pro Democracia Dominicana de la FEU, promovió acciones para reclamar la destitución del dictador dominicano Rafael Trujillo, y formó parte de la Invasión de Cayo Confites, con el objetivo de derrocarlo.
En 1948, con el patrocinio del general Juan Domingo Perón, viaja por primera vez fuera de Cuba, a Caracas y Panamá, como delegado de la FEU, a la Conferencia Interamericana de Estudiantes que se celebraría en Bogotá en oposición a la IX Conferencia Panamericana. Estaba citado para encontrarse con el candidato a presidente Jorge Eliécer Gaitán la misma tarde en que este fue asesinado, durante la revuelta conocida como el «Bogotazo».
A su regreso a Cuba, contrajo matrimonio con Mirta Díaz-Balart, una estudiante de filosofía de una acomodada familia habanera. Realizaron su viaje de bodas a Nueva York, residiendo en el 156 West, 82th Street en Manhattan. Durante esa época. De este matrimonio nació su primer hijo, Fidel Ángel Castro Díaz-Balart.
En 1950 obtuvo su diploma en leyes. En 1951 se suicidó Eduardo Chibás, líder del Partido Ortodoxo, con el que Castro había simpatizado desde sus años universitarios. En junio de 1952 se presentó por este partido como independiente, por una circunscripción de La Habana, como candidato a la Cámara de Representantes del Congreso cubano, pero el golpe de Estado del general Fulgencio Batista derrocó al Gobierno de Carlos Prío Socarrás y anuló las elecciones. El golpe reconocido por el Gobierno estadounidense provocó inquietud en Castro, que utilizaría sus contactos con la Juventud del Partido Ortodoxo para aglutinar a un grupo de jóvenes para el asalto al Cuartel Moncada.
El 26 de julio de 1953 Castro, junto a otros 134 guerrilleros, intentó tomar por asalto el cuartel Moncada, en Santiago de Cuba. Pero el intento fracasó por lo que fue encarcelado. Se lo sometió a un juicio en el que se defendió así mismo. Condenado a 10 años de prisión, fue amnistiado en 1955 y se exilió en México. Allí fundó el Movimiento 26 de Julio y planeó la invasión de la isla.
A bordo del yate Granma, Castro desembarcó clandestinamente en Cuba a finales de 1956. Luego de un enfrentamiento con el ejército de Batista, él y doce guerrilleros sobrevivientes se internaron en la Sierra Maestra. Allí establecieron su campamento base y fueron ganando el apoyo de los campesinos locales. Dos años después, Castro encabezó la toma de la ciudad de Santiago de Cuba. Desde allí lanzó una ofensiva que recorrió la isla de este a oeste, secundado por Camilo Cienfuegos, su hermano Raúl y el argentino Ernesto “Che” Guevara.
El 1 de enero de 1959, los ejércitos revolucionarios entraron triunfantes en La Habana, un día después de que Batista firmase su dimisión y abandonase el país.
Luego de la toma del poder, asumió el cargo de primer ministro de un gobierno provisional. Inicialmente mantuvo buenas relaciones con los Estados Unidos. Pero después de una serie de expropiaciones a empresas extranjeras, el gobierno de Eisenhower anunció un embargo económico al régimen cubano.
Desde entonces, su relación con el país del norte fue antagónica, especialmente luego de la fracasada invasión de Bahía de Cochinos de 1961, tras la cual afianzó sus lazos con la Unión Soviética. Lideró entonces la adopción del marxismo-leninismo y el establecimiento de un Estado socialista. En 1962 permitió que los soviéticos instalaran rampas de lanzamiento de misiles en suelo cubano; se desató así la crisis de los misiles, durante la cual instó al líder soviético Nikita Jrushchov a no ceder ante las presiones del presidente estadounidense John F. Kennedy.
Superada la crisis y asegurada la supervivencia de la Revolución, Castro impulsó la erradicación del hambre y la desnutrición, la extensión de la educación primaria y la universalidad de la asistencia sanitaria. La contracara de esos logros fue un ejercicio dictatorial del poder, que despreció el pluralismo político y las libertades individuales. En materia de política exterior, tuvo un rol protagónico en el Movimiento de los Países No Alineados e impulsó el apoyo a los regímenes socialistas de Angola y Etiopía. Cuando Cuba entró en crisis debido a la desintegración del bloque socialista, en 1991, se rehusó a introducir reformas liberales y a propiciar una mayor apertura del régimen, declarando el carácter irrevocable del régimen socialista.
A principios del siglo XXI, su figura se revitalizó debido al apoyo político y económico de varios dirigentes latinoamericanos, entre ellos el venezolano Hugo Chávez, el boliviano Evo Morales y el argentino Néstor Kirchner.
Fidel Castro fue el último gran líder revolucionario del siglo XX, cuya acción política desbordó los límites de su Cuba natal para convertirse en un protagonista de la historia de América Latina y del comunismo. Tras su muerte a los 90 años de edad, su nombre aparecerá en una reducida lista de personalidades que incluye a Emiliano Zapata, Ernesto ‘Che’ Guevara, Mao Tse-tung, Ho Chi Minh, Vladimir Ilich Lenin, José Stalin y Josip Broz “Tito”.