El murciano se impone con un contundente doble 6-1 en un encuentro en el que demostró una clara superioridad sobre el canadiense. Ahora espera rival para el domingo, que saldrá del duelo entre Djokovic y Musetti.
Carlos Alcaraz disputará el próximo domingo la final individual de los Juegos Olímpicos de París 2024 tras derrotar en la Philippe Chatrier al canadiense Félix Auger-Aliassime por 6-1, 6-1 en una hora y 15 minutos. Su rival en la batalla por el oro saldrá del duelo entre Novak Djokovic y el italiano Lorenzo Musetti, que se disputa esta tarde a las 19:00 horas.
El murciano se convierte así en el quinto tenista español en alcanzar una final olímpica individual, siguiendo a Jordi Arrese (plata en Barcelona 92), Sergi Bruguera y Arantxa Sánchez-Vicario (plata en Atlanta 1996) y Rafa Nadal (oro en Pekín 2008).
Alcaraz afrontaba el partido con bastante cansancio acumulado, aunque probablemente más mental que físico debido a todas las emociones vividas esta última semana en Roland Garros. Este era su quinto duelo individual, a lo que había que sumar los tres partidos de dobles disputados junto a Rafa Nadal.
El rival, Auger-Aliassime, era un viejo conocido al que Alcaraz ya se había enfrentado en seis ocasiones. La última vez fue en esta misma pista durante los octavos de final de Roland Garros, donde el español se mostró muy superior (6-3, 6-3, 6-1).
Aunque el precedente invitaba al optimismo, los Juegos son otra historia y el canadiense estaba especialmente en forma estos días en el templo parisino del tenis. No en vano, esta tarde disputa también el duelo por el bronce en dobles mixtos junto a su compatriota Gabriela Dabrowski.
Carlitos ‘on fire’
Desde el comienzo se vio que las opciones del norteamericano dependían principalmente de la precisión de su potente servicio, ya que casi todos los peloteos largos caían del lado del tenista de El Palmar. En el tercer juego, Alcaraz logró el primer break tras una doble falta de su rival.
Alcaraz consolidó de inmediato esa rotura y subió el marcador a 3-1. La tarde era plácida, tanto por la temperatura y la ausencia de humedad como por lo que se veía en la pista.
Carlos se fabricó una nueva bola de break con un excepcional passing en el quinto juego, pero luego falló un revés que hubiera asegurado esta manga inicial. De todos modos, los duendes de la Chatrier también estaban de su lado y logró el 4-1 tras un golpeo que tocó la red antes de que Auger-Aliassime cometiera un nuevo fallo.
El 5-1 llegó tras una volea prodigiosa que levantó el enésimo «ooooooh» de la grada. El público quizás esperaba que el canadiense opusiera más resistencia, pero no podía dejar de admirar el infinito repertorio de golpes del discípulo de Ferrero.
Alcaraz tuvo las dos primeras pelotas de set en el siguiente juego, con Félix buscando huecos donde solo había omnipresencia. Un nuevo error del canadiense cerró la manga con un 6-1 que no dejaba lugar a dudas.
El muro murciano
La segunda manga siguió los mismos derroteros, ya que a estas alturas, Auger-Aliassime era una máquina perfectamente engrasada de cometer errores no forzados. Carlos ganó así el primer juego con una dejada a la que el canadiense corrió en vano.
El norteamericano ganó al fin un juego gracias a su servicio, pero era incapaz de poner al español en aprietos cuando éste era el que sacaba. Así las cosas, la siguiente rotura iba a caer por su propio peso en cuanto bajara su efectividad con el primer saque.
Eso ocurrió en el cuarto juego, en el que desperdició un 40-15 y acabó arrojando la toalla con una doble falta que se marchó por un metro. A Carlos solo le quedaba cerrar el partido si nada raro acontecía.
Con 15-40 en el siguiente juego, el canadiense tiró de arrestos para evitar una enésima rotura, pero el español debía tener prisa por irse a descansar y no perdonó con otro punto marca de la casa. El doble 6-1 final refleja claramente lo que fue un duelo sin historia.