El Diario Nica

Miquel Travé y la desafortunada puerta 14

El palista de C1, que solía estar en el podio, terminó en la quinta posición después de rozar uno de los palos del recorrido y recibir una penalización de dos segundos.

En el canal de Vaires-sur-Marne, el bastión de Nicolas Gestin, el campeón olímpico que convirtió las gradas del recorrido de slalom en un volcán, Miquel Travé soñaba con una medalla, pero terminó despertando con un quinto puesto. Como cuarto en el ranking mundial, sus expectativas eran altas, y su frustración era palpable mientras miraba al cielo lamentándose por lo que pudo haber sido.

Durante dos tercios del recorrido, a 22 puertas de la meta, estuvo en tiempos de medalla de plata. Sin embargo, al llegar a la puerta 14, tocó el palo con los nudillos de la mano que empuñaba la pala, provocando una penalización de dos segundos que lo sacó del podio. Gestin, que entrena aquí todos los días, estaba en otra galaxia, marcando una diferencia de 5.48 segundos con el siguiente competidor. El británico Adam Burgess le sacó 1.08 segundos, ya con la sanción incluida, mientras que el eslovaco Matej Benus le aventajó por 89 centésimas.

Bajo un sol abrasador que hacía insoportable la estancia en las gradas abiertas, Travé, el estiloso que de niño tocaba el violín, había gestionado muy bien el recorrido en las semifinales. Las puertas del recorrido eran las mismas que le habían tocado a Maialen Chourraut en el K-1, un trazado más adecuado para palear por la izquierda, el estilo natural del chico de La Seu de Urgell. Había terminado segundo, realizando una actuación sobresaliente.

Los grandes nombres comenzaron a bajar. Benjamin Svavek, el esloveno campeón en Tokio, se quedó con la puerta 5 y recibió una penalización de 50 segundos, al igual que Chourraut el domingo. Lukas Rohan, el checo legendario, apenas logró bajar de los 100 segundos, cuando se esperaba que los tiempos para las medallas estuvieran alrededor de 97. El bronce de hace tres años, el alemán Tasiadis, tampoco ofreció una actuación destacable. Y llegó el turno de Travé.

El ilerdense siempre ha sido un adelantado. Nacer entre piraguas tiene sus ventajas. Su padre fue el seleccionador en 1996 y lleva el canal olímpico, el Maracaná del slalom. Travé se sentía en forma para añadir una medalla olímpica a un palmarés impresionante. Fue campeón del mundo junior con 18 años, campeón de Europa junior de C-1 y K-1, algo único, y subcampeón del mundo absoluto con 19.

Afrontó la bajada con valentía. «Siempre actúa así», dice el presidente de la Federación Española, Javier Hernanz. Marcó el mejor parcial (21.27) y el mejor segundo (48.53). Tenía la medalla de plata al alcance, la cual habría conectado con el metal del mismo valor que Maialen obtuvo en Tokio, continuando así la cosecha de medallas en la disciplina. Sin embargo, la desafortunada puerta lo desvió a una posición que no merecía.