Su gran rendimiento niega el argumento de que quien juega allí no tiene el ritmo para competir en Europa.
Aymeric Laporte es el mejor central de la Eurocopa. Desde que entró en el once ante Italia, el 14 de España ha dejado en cada partido actuaciones que confirman lo que Luis de la Fuente tiene muy claro desde su llegada al banquillo de la selección: es el jefe de la defensa, eso que en Sudamérica llaman cacique.
Alrededor de Laporte se generó mucho ruido al comenzar la concentración. Pero desde dentro siempre se tuvo claro que estaba y que iba a ser el mando de la zaga. Mucho antes de que arrancase la Eurocopa, existía la duda de que jugar en Arabia Saudí no proporciona el ritmo necesario para competir al nivel que se exige en Europa. «Juega más que cuando era jugador del Manchester City», explicaba De la Fuente.
El desarrollo de la competición ha dejado claro que el central del Al-Nassr está en el mismo ritmo de juego, o superior, que el de los rivales a los que se ha medido. En el manejo de la pelota y la lectura del juego ha demostrado ser el mejor de la Eurocopa. Su catálogo de pases en largo y rupturas de líneas en los partidos es amplio. Toda una ventaja cuando los equipos rivales tratan de ahogar a Rodri y Fabián.
No ha sido Laporte el único buen embajador de la Liga saudí en la Euro. Los dos cabezazos del turco Demiral (Al-Ahli) ante Austria metieron a su país en cuartos, partido que se perdió por un gesto de contenido político. En Francia, N’Golo Kanté (Al-Ittihad) fue elegido MVP ante Austria y Países Bajos.
El futuro de Laporte está abierto, aunque su contrato con Al-Nassr es largo. Los equipos europeos saben que no ve con malos ojos regresar. También que su nivel es de élite, como muestra en la Eurocopa. Pero a nadie se le escapa que salir de los clubes saudíes no va a ser cosa fácil. Han apostado fuerte por jugadores de la talla de Laporte y no están dispuestos a regalar nada.
Lo bueno para De la Fuente, que no lo necesitaba porque ha seguido a Aymeric toda la temporada, es que la Eurocopa ha hablado en favor de su cacique.
Porque, además del valor que tiene en los partidos, la palabra de Laporte es de las contundentes en el vestuario. Por ejemplo, su relación con Gavi es excelente. Aymeric es de los que habla claro, sin tener que hacerlo en alto. El mejor ejemplo estuvo en Qatar cuando, tras el bloque ante Alemania, se atrevió a hablar en voz alta de un plan B.