El esloveno volvió a brillar con 27 puntos, 5 rebotes y 6 asistencias, pero fue expulsado por faltas justo antes del tramo decisivo del partido.
Los Boston Celtics demostraron su casta de campeón en Dallas. Ese término que describe a un equipo construido para ganar, que enfrenta situaciones límite y sabe cómo sobrevivir. Así ocurrió en el tercer partido de la final de la NBA, donde los ‘Orgullosos Verdes’ (99-106) dieron un paso gigante al ponerse 3-0 ante los Mavericks en un día frenético.
Con parciales salvajes, remontadas y dos momentos clave: la expulsión por faltas de Luka Doncic y la aparición de un Jaylen Brown formidable, dejando la final en una situación crítica para el genio formado en el Real Madrid.
Luka jugó bien, anotando 27 puntos, con 5 rebotes y 6 asistencias. Sin embargo, terminó desesperado, acumulando cuatro faltas en los últimos ocho minutos del último cuarto. Kyrie Irving finalmente apareció con 35 puntos, pero Boston, eterno competidor por su ADN, hizo valer a sus ‘Jays’. Brown sumó 30 puntos y Tatum 31, ambos con al menos cinco rebotes y cinco asistencias. Nadie en la historia de los Celtics lo había conseguido antes.
Una primera mitad frenética
El resultado al descanso (51-50, 24′) reflejaba completamente la naturaleza de una final anticipada. El 3-0 es mortal, el 2-1 es esperanzador. En ese primer tiempo hubo amenazas de romper el partido rápidamente. Dallas salió en tromba y un parcial de 22-9 en el minuto siete llenó de esperanza al equipo. Doncic e Irving lideraban ante unos Celtics atascados.
Pero los Celtics no renuncian a su estilo, sería una locura a estas alturas. Mantuvieron sus lanzamientos y, finalmente, los triples comenzaron a entrar. Brown, un Tatum mejor que en toda la final, y Sam Hauser equilibraron el marcador (31-30, 12′) y lograron frenar los mejores momentos de un desatado Kyrie Irving en el segundo cuarto.
El base nacido en Australia encadenó cuatro triples consecutivos. Nunca se rinde, pero Boston contó con un Tatum inspirado (20 puntos al descanso), Holiday en todas partes y un enorme Hauser. Solo un tiro libre, tras una gran pelea bajo el aro, de PJ Washington dio momentáneamente la ventaja a los Mavs.
Si haces una buena primera parte y Boston sigue ahí, no son buenas noticias. Aunque Doncic continuó con su gran actuación e Irving lo apoyó, ahí terminó la propuesta de Dallas. Los demás desaparecieron. Y Boston, uno de los mejores ataques de todos los tiempos en la NBA, activó su demoledora ofensiva.
Primero fue en el juego interior, buscando combinaciones en la pintura. Luego aceleraron con un triple de Holiday y la aparición de Jaylen Brown. Si la primera mitad fue del otro ‘Jay’, Tatum, la segunda fue de Brown. Anotó 15 puntos en el tercer cuarto y propulsó a los Celtics a una de las mejores exhibiciones de la temporada.
Aunque Doncic utilizó sus fundamentos para mantener a Dallas en el partido (65-71, minuto 32), los Celtics pisaron fuerte. Sus jugadores secundarios, como Hauser que recuperó balones y Tillmann que apareció en momentos clave, apoyaron. Y Brown, en modo estelar, con crossovers, mates espectaculares y un acelerón que rompía a Dallas.
En el último cuarto, triples de Brown y White marcaron un punto de inflexión. Pero Dallas, consciente de que era su última oportunidad, se aferró al partido. PJ Washington emergió como el comodín, e Irving ejecutó con precisión. Un parcial de 15-2 dejó todo parejo nuevamente (90-93, minuto 42).
Con Dallas en esa posición, todo indicaba que llegaría el momento de las estrellas. Pero no fue así. Doncic, en una defensa a Brown, cometió una pantalla ilegal y fue expulsado por su sexta falta. Esto fue un golpe devastador, aunque los Mavericks continuaron luchando.
Irving no dejó de intentarlo, y Lively ganó balones en todas partes. Los Celtics apretaron los dientes y encontraron fuerza donde parecía no haberla. Un mate de Tatum, un triple de Derrick White, y dentro del último minuto llegó la fiesta total. Jaylen Brown, como en el segundo partido, recibió en la cabecera, se levantó y su tiro de media distancia fue letal.
Los Mavs no volverían a levantar cabeza. Irving, forzado, intentó un triple que recordaba al de 2016, pero falló. Boston mantuvo su ventaja desde la línea de tiros libres. El 3-0. El abismo para los Mavericks se aproxima y Boston vuelve a sonreír. Tienen el título en la mano.