Las autoridades vinculan algunos de estos crímenes a problemas entre bandas criminales por control territorial.
La madrugada del martes 16 de abril fue encontrado un cuerpo sin vida, envuelto en costales y amarrado con cintas amarillas, embolsado como definen en Colombia en el kilómetro 13,7 de la autopista Norte del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, en el departamento de Antioquia. El hallazgo lo hizo un motociclista que pasaba por el lugar, quien de inmediato llamó a las autoridades.
Según un recuento ya son 17 los cuerpos encontrados en estas condiciones este año en el Valle de Aburrá, área que abarca también a Medellín, la capital de Antioquia. Esto significaría un aumento del 425 %, en comparación con el mismo período de 2023, cuando hasta esta fecha se hallaron cuatro cadáveres ‘embolsados’, que aglutinan 11 de los 17 casos.
Este macabro fenómeno también se presenta en Bogotá. Según publica Vanguardia, que cita cifras de las autoridades, entre 2022 y 2023 aparecieron más de 50 cuerpos envueltos en bolsas de basura y con signos de tortura en diferentes sectores de la capital.
El pasado 12 de febrero, fue hallado un cuerpo embolsado en la localidad de Barrios Unidos de la capital colombiana. La víctima yacía en una carreta de reciclaje.
Posteriormente, el 4 de marzo, de acuerdo con Alerta Bogotá, fue encontrado otro cuerpo embolsado y tendido en plena vía pública en la localidad de Kennedy, mientras que una semana después localizaron otro cadáver en medio de basura en el barrio El Campín.
A finales de marzo, en declaraciones tomadas por El Tiempo, el brigadier general Óscar Andrés Lamprea Pinzón, comandante de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, comentó que varios de los casos están relacionados con dos Grupos de Delincuencia Organizada (GDO) que tienen presencia en la zona. Detalló que se trata de ‘Los Triana’ y ‘El Mesa’.
«Ahondando un poco más, tres de esos casos, sí los hemos relacionado con el GDO ‘Los Mesa’, dos casos, y con el GDO ‘Los Triana’, un caso. Ahí vamos en la investigación», señaló entonces el uniformado.
«Seguramente fueron personas que secuestraron, que llevaron a interrogatorios, que en esos interrogatorios los torturaron para conseguir información y luego lo asesinan y arrojan en vía pública, en lugares alejados», explicó a ese mismo medio Germán Antía, profesor de criminalística y ciencias forenses del Tecnológico de Antioquia.
Pero no todos los casos estarían vinculados a organizaciones delincuenciales, sino que pueden existir hechos en los que el objetivo es intimidar a comunidades para desplazarlas, quitarles propiedades o, también, por motivaciones sentimentales.