No se conocen todavía las causas.
Siete personas murieron en la explosión ocurrida el martes en una central hidroeléctrica del norte de Italia.
El incendio se produjo mientras los empleados reparaban unas turbinas a 30 metros por debajo del nivel del lago artificial donde se encuentra la planta, que ha quedado sumergida por el agua.
La explosión se produjo en torno a las tres de la tarde. Varios empleados de la central hidroeléctrica situada en el lago artificial de Suviana, propiedad de Enel y la más potente de la región de Emilia-Romagna, se encontraban realizando labores de mantenimiento en la sala de las turbinas. El espacio afectado se encontraba a unos 30 metros de profundidad, en el piso menos nueve del complejo.
Los rescatistas hallaron el viernes por la mañana el cadáver del último desaparecido en la central de Bargi, a orillas del embalse artificial de Suviana, a unos cincuenta kilómetros al sur de Bolonia.
La central, está gestionada por Enel Green Power, la unidad de producción de energía renovable del gigante italiano Enel, que creó un fondo de dos millones de euros (poco más de dos millones de dólares) para las víctimas y sus familiares.
En un comunicado, la empresa había indicado que un incendio afectó a una de las dos unidades de la central de Bargi, pero sigue sin conocerse la causa precisa de la catástrofe.