El Museo de Arqueología e Historia Cihuacoatl ofrece un acercamiento a los antiguos asentamientos prehispánicos ubicados en la zona de Sébaco, por medio de una interesante colección de cerámica, estatuaria, líticas y glifos.
Además, aquí es posible apreciar una sección dedicada a la numismática (billetes y monedas nacionales y extranjeras); filatelia (colección de sellos postales); una hermosa exposición en retablos de personajes destacados: presidentes, héroes, mártires, próceres, entre otros. Y documentos antiguos que cuentan el quehacer de los sébacos durante 300 años (guerra nacional, guerra constitucionalista, asonadas y traslado de la población al Nuevo Sébaco de Asunción en 1833).
Ubicado en un pequeño pero bien mantenido edificio a 3 cuadras al Norte de la alcaldía municipal de Sébaco, el museo fue fundado el 15 de marzo de 2014, y debe su nombre al de la antigua diosa mesoamericana Cihuacoatl (en nahuatl: Cihua=mujer y Coatl= serpiente), del cual también se vino a derivar el de «Sébaco», durante la conquista española de la región.
«Bienvenidos a la Segovia», era el cordial saludo que recibía el viajero al arribar a Sébaco, seguido del nombre de cada uno de los departamentos que componen el Norte de Nicaragua. El afectuoso saludo estaba enunciado en el frontispicio del pedestal que sostenía, a considerable altura, una rueda dentada incrustada en un semicírculo, distintivo del Club Rotary International como símbolo de paz y buen entendimiento. El emblema fue erigido a principios de los años cuarenta, en el triángulo que conforman la carreteras panamericana con la vía hacia Matagalpa. Sébaco es la ciudad más antigua del norte de Nicaragua y sus orígenes se pierden en la oscuridad del pasado.
Cuando los conquistadores españoles llegan a este Gran Valle al mando del Teniente Gabriel de Rojas en 1528, encuentran un pueblo grande fundado (sobre los cimientos de otros pueblos arcaicos) a la vera del caudaloso Río Viejo. Numerosa población de ascendencia náhuatl, cuyo señor gobernaba un desmedido territorio. Estos arribaron al Valle de Sébaco, siglos antes que se originaran las primeras oleadas migratorias procedentes de los principales centros culturales surgidas en la altiplanicie mexicana, sus vestigios arqueológicos lo atestiguan.
La voz Sébaco tiene su origen en el nombre de una diosa antigua mesoamericana llamada Cihua Coatl (de Cihua=mujer y Coatl= serpiente), adorada bajo diferentes advocaciones por los náhuatles parlantes desde tiempos inmemoriables. Los primeros cronistas pronunciaban mal su nombre e incluso escribían “ciuaco” en sus crónicas y con el tiempo, surgió la voz Sébaco hasta nuestros días. Tenía un suntuoso templo en la laguna de Moyoa, donde se congregaban sus devotos procedentes de los más recóndito del señorío, con ofrendas votivas para rendirle culto a tan apreciada señora. Era la diosa de la vida y de la muerte, creadora junto con su nieto Quetzalcoatl, de la nueva generación o Quinto Sol o Era.
En 1528, las fuerzas de conquista establecen inmediato al pueblo aborigen ya reducido, el nuevo asiento colonial denominado Santiago de Cihuacoatl o Santiago de Sébaco. Este, desde 1531 fue asiento y cabeza del Corregimiento de Sébaco y Chontales. De aquí salían (1603) las tropas de conquista hacia lo profundo del corregimiento para reducir a los naturales que huían de los invasores.
Actualmente, Sébaco es una ciudad sin igual, su pujante crecimiento poblacional y económico a partir del último decenio del siglo que recién termino, es admirable. Sus habitantes son muy laboriosos dedicados en su mayoría a la agricultura, principal fuente de ingreso. El ajetreo, el bullicio de la muchedumbre y el constante ruido vehicular es propio de un pueblo en franco desarrollo, que debe a su envidiable posición geográfica y porque posee las tierras mas fertiles de Nicaragua, esto ha convertido a Sébaco en una plaza privilegiada y atrayente.
Sébaco es el «Weatherfield de Nicaragua», lo dijo un aventurero norteamericano que lo vio en 1854. Calificativo acertadísimo, porque, así como ayer, Sébaco sigue siendo en el presente la cornucopia o el cuerno de la abundancia, por la fertilidad de sus tierras y óptimas condiciones climáticas. Esto, a pesar de la torpeza del hombre de continuar alterando el medio ambiente del bendito y rico Valle.