La Universidad de Harvard emitió disculpas por la gestión de sus bibliotecas históricas, que incluían un libro encuadernado con piel humana durante más de 90 años, utilizado incluso en novatadas estudiantiles.
El volumen en cuestión, «Los destinos del alma» de Arsène Houssaye (1880), perteneció al médico francés Ludovic Bouland (1839-1933), quien habría tomado sin permiso la piel de una paciente fallecida para encuadernar su libro, argumentando que «un libro sobre el alma humana merecía tener una cubierta humana».
Tras identificar prácticas éticamente cuestionables, Harvard retiró la piel humana del libro y abrió una investigación sobre el destino de los restos humanos.
La polémica decisión se tomó siguiendo las recomendaciones del Informe del Comité Directivo de la Universidad de Harvard sobre Restos Humanos en Colecciones de Museos Universitarios; publicado en otoño de 2022.
Dicho informe marcó un punto de inflexión en la forma en que la institución maneja piezas de origen moralmente complejo.
La Biblioteca de Harvard y el Comité de Devoluciones de Colecciones del Museo de la academia concluyeron que los restos humanos utilizados en la encuadernación del libro ya no pertenecen a las colecciones de este importante archivo; de acuerdo con un comunicado.
También en 2014 se descubrió que el libro estaba encuadernado con piel humana de una mujer fallecida en el siglo XIX. Ludovic Bouland, propietario original del libro, utilizó la piel de una paciente fallecida en el hospital donde trabajaba; justificando su acción bajo la premisa de que «un libro sobre el alma de una persona merece tener una cubierta humana».
Harvard colabora con las autoridades francesas para determinar el destino final de los restos humanos de manera respetuosa, siguiendo las recomendaciones de un informe sobre restos humanos en colecciones de museos universitarios publicado en 2022.
Asimismo, la universidad lamentó las acciones pasadas y mostró un cambio en su actitud frente a la responsabilidad histórica y ética.
En 2022, Harvard identificó más de 20 mil restos humanos en sus colecciones; lo que destaca la necesidad de revisar la gestión de colecciones que contienen este tipo de residuos.
La práctica de encuadernar libros con piel humana solía ser común; pero la revelación de Harvard marcó un cambio en cómo se percibe éticamente esta práctica.
Este caso subraya el debate en curso sobre cómo las instituciones deben manejar los artefactos históricos que presentan dilemas éticos.