El jefe de Estado ruso, le manifestó a Kiselev, sobre los criterios para el éxito laboral, las tareas económicas y sociales para los próximos seis años, el futuro de Rusia, las relaciones con Occidente y si se considera árbitro de los destinos.
El presidente ruso, Vladimir Putin, rechaza la idea de ser un árbitro mundial y enfatiza sobre su compromiso con el pueblo y los intereses de Rusia, además menciona la propuesta de Boris Yeltsin, todo esto en una entrevista con el periodista Dmitri Kiselev.
“Trabajo en interés de Rusia, en interés de nuestro pueblo… Pero para mí sentirme de alguna manera como una especie de árbitro de los destinos del mundo, no existe tal cosa. Créanme, ni siquiera cerca. Yo solo estoy cumpliendo con mi deber hacia Rusia y ante nuestro pueblo, que considera a Rusia su patria”.
En esta misma entrevista Putin se refirió a la propuesta que en su momento le hiciera su antecesor, Boris Yeltsin, la cual era que se postulara para el puesto más alto del país, respondiendo en ese entonces, que no estaba preparado.
«Es como los Yankees en la corte del Rey Arturo o algo así. Es imposible responder a esta pregunta, porque la pregunta se hizo en ese momento, en el contexto histórico y económico en el que se encontraba el país, en el contexto político interno”.
El líder ruso admite que su respuesta fue así no por temor, sino porque la escala de las tareas era enorme y los problemas crecían cada día como una bola de nieve, especificando el contexto de Rusia en aquellos tiempos.
«Pensé que no estaba listo para resolver todos estos problemas, y Dios no permita que haga algo aún peor. Eso es lo que se discutió. Por eso lo dije con absoluta sinceridad. Y si volviera a pasar, repetiría lo mismo».
Vladimir Putin, añadió que lo más importante, al final fue la respuesta de Yeltsin; que estaba bien, que lo entendía, y que sobre ello hablarían más adelante. Y así fue, se volvió a discutir el tema una vez más.
“Soy una persona con experiencia, sé lo que hago, lo que ofrezco”. Bueno, me dijo algunas cosas más. Probablemente no sea oportuno elogiarme; bueno, dije palabras tan positivas. No es cuestión de miedo, sino de comprensión, de capacidad para resolver estos problemas. Recuerden cómo fue 1999: en la economía, en la seguridad, en las finanzas. Sí, en todo»