Es un cuerpo de agua dulce con una extensión de 4,172 hectáreas, siendo la más grande de las lagunas cratéricas de Nicaragua.
La Laguna de Apoyo, es un destino increíble para visitantes nacionales y extranjeros, con una interesante oferta de actividades turísticas. Este hermoso destino es frecuentado por miles de personas cada año.
Apoyo, se ubica entre el volcán Mombacho y el volcán Masaya, no es el único cráter del país que contiene una laguna; en Nicaragua existen varias lagunas de origen volcánicas como la del Cosigüina, Tiscapa, Apoyeque, entre otras.
Sin embargo, es la única que ofrece el mayor potencial turístico debido a su conservada naturaleza como a su accesibilidad, y así mismos es la única que posee, el espejo de agua más grande entre las lagunas cratéricas del territorio nacional.
El cráter de Apoyo nació hace aproximadamente 23,000 años, luego de una potentísima explosión volcánica que dejó un hoyo de unos seis kilómetros de diámetro.
Con el pasar del tiempo, la afluencia de aguas subterráneas y el aporte de las lluvias, permitieron el surgimiento de la laguna y las laderas se cubrieron de abundante vegetación. Hoy en día, este cráter es considerado un volcán durmiente, con cierta actividad a través de algunas fumarolas en su interior.
Sus aguas, son las más claras dentro de los cuerpos de agua dulce en Nicaragua, y posiblemente en toda Centroamérica. Aunque no son aptas para el consumo directo humano, son limpias, con bajos niveles de contaminación natural o por influencia de las personas.
En 1991 el sitio fue declarado como reserva natural Laguna de Apoyo. Tanto la laguna como el interior del cráter se encuentran divididos entre los departamentos de Granada y Masaya.
Los sectores norte y oeste están dentro de los municipios masayenses de Catarina y San Juan de Oriente, respectivamente. Los municipios granadinos de Diría y Granada toman así mismo los sectores sur y este.
La reserva natural Laguna de Apoyo ha garantizado hasta ahora una buena conservación del ecosistema. Existe una importante variedad de especies de flora y fauna tropical, incluso algunas especies endémicas, es decir, que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo más que en esta reserva.
Una de estas es la Mojarra Flecha (amphilophus zaliosus), descubierta en 1976; actualmente, un grupo de científicos nacionales y extranjeros, acaban de identificar tres nuevas especies endémicas de mojarras, cuyos nombres científicos y comunes aún están por definirse. Asimismo, el doctor Jefrey McCrary, biólogo participante del descubrimiento, aseguró que aún hay otras especies posiblemente endémicas que pronto serán estudiadas y expuestas al conocimiento general y científico.