El Diario Nica

Cerro Güisisil ubicado en el municipio de Darío

Cerro Güisisil

al sur del municipio con una elevación de 1120 m s.n.m. constituye el cerro más elevado de la Meseta de los Estradas, compartido con los municipios de El Jicaral, del departamento de León y San Francisco Libre, de Managua.

Cerca de 800 metros de altura tiene el sitio de Las Cascadas, conformada por más de 40 ojos de agua que brotan de las entrañas del cerro y que forman caídas de agua fresca de mucha belleza. En el hábitat circundante, aun cuando hay reciente intervención humana, la vegetación y la fauna es más conservada, observándose especies que ya no existen en los alrededores.


De lejos parece un ranchón extendido, con tres rocas inmensas en la cúspide, una de las cuales tiene forma triangular y en la cual es virtualmente imposible subir.

Este cerro es conocido por ser un destino mítico y una de las leyendas más misteriosas está relacionada, precisamente, con los alrededores de una de esas rocas inmensas, la del Este, donde hace más de 40 años un grupo de especialistas alemanes o norteamericanos construyeron un helipuerto, en el cual descendía un helicóptero con especialistas para construir dos carreteras o trochas, una por el lado de Darío y la otra por el rumbo de San Francisco Libre.

El gobierno de somosa nunca explicó cuáles eran los objetivos de las dos carreteras, pero pronto aparecieron decenas de luces potentes en esa cumbre, parte de las cuales parecían formar triangulaciones hacia el Cerro Barrabás y el Volcán Momotombo.

Casi al mismo tiempo, subían poderosos tractores orugas y camiones por las llamadas «terrazas de lajas» del Sur del Güisisil, por las cuales empezaron a bajar miles de tucas robustas de pochote, caoba, cedros, guayacanes, guanacastes, ceibos centenarios y hasta ojoches fueron derrumbados por los negociantes inescrupulosos de esa época.

Esta horrible depredación es recordada por los más antiguos pobladores campesinos de la zona. La trocha llegaba casi a los 800 metros de altura, según se aprecia actualmente.

Cerro Güisisil / Fuente: WEB


Según Alberto Rayo, los alemanes o gringos desaparecieron del misterioso helipuerto más o menos en 1972, y dejaron allí un escudo nacional inmenso, esculpido en metal, el cual fue supuestamente destruido y echado hacia el abismo principal del Güisisil, situado entre las rocas mencionadas y las llamadas «terrazas de lajas. Tambien la leyenda de la «Mocuana» aparece en este ambiente legendario como envuelta en una ondulante neblina de misterio, unas veces con dosis de terror y en otras con un encanto idílico alrededor de los hombres, especialmente mujeriegos.

Algunos hombres y mujeres de más de 60 años aseguran que esta leyenda de la Mocuana es tan vieja como los pobladores de más de 100 años de San José del Naranjo. La Mocuana es descrita por unos como una mujer bella, blanca, de pelo largo extendido, vestida con una especie de gabacha blanca, y otros sostienen que es una mujer morena, con rasgos indígenas hermosos y que supuestamente habita las entrañas del Güisisil con su marido el llamado «Cacique Rey Moctezuma».

La última vez que la vieron en las faldas empinadas del Güisisil fue hace años, cuando un grupo numeroso de hombres llegó con la típica arrogancia burguesa derrumbando árboles enormes y rocas con tractores orugas y jalando las tucas con camiones hacia Managua. Un ayudante del tractorista, nombrado Gustavo, supuestamente fue «acariciado» por la dulce y enamorada «Mocuana».

Numerosos campesinos del Naranjo relatan que Gustavo en media montaña gesticulaba, quería gritar, pero los músculos bucales se le habían paralizado por el terror ocasionado por la mítica «Mocuana». Ya superado el terror, Gustavo contaría a sus compañeros que una mujer bonita, tan liviana como un pájaro, de cabellos largos dorados, blanca y de voz suave, lo había tocado e invitado a irse con ella.

Otros trabajadores dijeron haber visto a la «Mocuana» mientras se bañaba en las preciosas cascadas de peñones del Güisisil, pero cuando fueron a intentar agarrarla, la mujer misteriosa parecía volar como un pájaro cuando subía por las rocas inmensas hacia lo más alto de la montaña y por supuesto la leyenda de los Duendes ha sido común en este sector del Güisisil, el cual tiene sus lomos pedregosos hacia el lado de la Ciudad de Darío, Municipio del Departamento de  Matagalpa, donde las madres no dejaban salir a sus niños a la calle, porque supuestamente habían amenazas de secuestro por parte de esos Duendes, que según numerosos campesinos habitan sitios misteriosos parecidos a los de «Mocuana» en los Cerros Güisisil, Totumbla, Barrabás, Quebracho y Zapote. Entre otras historias impresionantes que te dejan con mucha curiosidad.