Dos de cada tres panameños se encuentran descontentos con el accionar del presidente.
La gestión del presidente Laurentino Cortizo, se ve marcado por la desaprobación reflejada en la masificación de protestas durante su periodo de 5 años.
Después de las elecciones del próximo mes de mayo, en julio de 2024 una nueva administración asumirá por cinco años las riendas de Panamá, donde la corrupción junto a la desigualdad, aparecen entre las principales preocupaciones de los electores.
Durante este periodo en Panamá se masificaron las protestas sociales; en 2019 tras el intento de reformas a la Constitución, en 2022 por el alto costo del combustible o la más reciente y quizás la de mayor incidencia en los niveles de desaprobación hacia el gobierno actual con el rechazo a un millonario contrato minero a finales del año 2023.
Esta idea de que la actual administración se encuentra en deuda con los panameños es reproducida desde distintos sectores de la sociedad, a menos de 3 meses de las próximas elecciones generales y 5 meses para un posible nuevo gobierno.
La desaprobación se tiende a dar principalmente por motivos económicos, siendo las críticas más fuertes entre quienes consideran que la situación de las finanzas familiares ha desmejorado en el último año. Pero los problemas de evaluación también los tiene su mancuerna, el vicepresidente José Gabriel Carrizo, a quien el 72% desaprobaron su gestión.
El estudio de opinión también dejó en evidencia que el ciudadano ha perdido la fe en el presidente Cortizo y por ello 4 de cada 5 personas opinan que hay poca o ninguna probabilidad de que pueda ayudar a resolver los problemas que enfrentan en el hogar.