La determinación de declarar la emergencia carcelaria ocurre ante el temor de que se realicen atentados en contra del personal del INPEC debido a que han recibido amenazas.
El ministro de Justicia de Colombia, Néstor Osuna, informó este lunes que por unanimidad se declaró la «emergencia carcelaria» en el país suramericano, por lo que habrá presencia policial y militar en el perímetro de los centros penales de modo permanente y aleatorio.
En una rueda de prensa, junto al director del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC), Daniel Fernando Gutiérrez, Osuna manifestó que esta medida se debe a las amenazas y materialización de algunos homicidios de guardianes y custodios de ese organismo en distintos lugares del país.
Osuna aclaró que la medida tiene como finalidad «obtener de forma expedita el auxilio de la Policía y de las Fuerzas Militares cuando, a solicitud del director del INPEC, se considere que haya necesidad», Asimismo, se propone que la Fuerza Pública también pueda «controlar el orden y la convivencia dentro de un establecimiento carcelario».
Una de las primeras medidas que implica esta decisión es la «protección de la vida, la libertad, las posibilidades de trabajo con tranquilidad».
El titular de Justicia, adelantó que se solicitará al Ministerio Público la designación de un fiscal específico para investigar homicidios de guardianes del INPEC y otro para asuntos de extorsión carcelaria y de corrupción dentro de los penales.
Esta determinación se tomó luego de que el pasado sábado fuera asesinado el dragoneante Jesús Cárdenas Barrera, ultimado por un desconocido que se bajó motocicleta y le disparó mientras compraba comida a las afueras de la Cárcel San Sebastián de Ternera, en Cartagena, adonde había acudido ese día para prestar apoyo a los funcionarios del Inpec.
El fin de semana el Inpec emitió un comunicado donde informaba que tras los hechos violentos ocurridos en contra de los guardias, ya se habían establecido anillos de seguridad en las áreas perimetrales de las cárceles ‘La Modelo’, ‘La Picota’, ambas en Bogotá, y en el Complejo Carcelario y Penitenciario de Ibagué, conocido como ‘La Picaleña’.