Fasinante lluvia de diamantes.
Los planetas Urano y Neptuno, son los dos colosos helados del Sistema Solar. Compuestos mayoritariamente por agua, amoniaco y metano, aún mantenemos un velo de misterio en relación con su composición interna, específicamente en lo que concierne a sus núcleos. Sin embargo, se ha identificado un fenómeno fascinante que se ha catalogado como ‘precipitación de diamantes’.
El término se acuñó por primera vez en 1977, cuando se puso en marcha la misión Voyager 2, la única sonda que ha visitado esos sistemas. Dada la composición de estos planetas y sus condiciones extremas, tanto en lo que se refiere a las temperaturas como a la presión atmosférica, el metano sufre transformaciones que explican la caída de estas estructuras cristalinas.
El metano contiene carbono, que al ser aplastado por la inmensa presión atmosférica forma diamantes, que luego caen como si se trataran de gotas de lluvia, tal y como explica la astrofísica Naomi Rowe-Gurney en un podcast de la NASA: “Dentro del planeta, cuando hace mucho calor y la atmósfera es muy densa, estos diamantes se forman y se acumulan, para luego hacerse más pesados.
Esto significa que en cierto modo llueven sobre la atmósfera. Pero no es la lluvia que vemos aquí, porque estas presiones son extremas. Como humanos, nunca vas a poder llegar hasta allí, así que aunque estos diamantes existan nunca podremos ir a cogerlos. Tan… desafortunado”.