Método con el que ejecutaron a Kenneth Eugene Smith.
En Alabama, Estados Unidos, realiza una ejecución mediante asfixia con gas nitrógeno a un prisionero, generando condenas por parte de la ONU y organismos internacionales de derechos humanos.
Kenneth Eugene Smith, de 58 años y condenado a pena de muerte por su participación en un asesinato en 1988, fue ejecutado el jueves a las 20:25, hora local (02:25 GMT del viernes), mediante la inhalación de gas nitrógeno a través de una máscara, quedando sin oxígeno.
El método sin precedentes, implementado por primera vez en Estados Unidos, ha provocado una avalancha de críticas y condenas a nivel nacional e internacional por considerarse inhumano, inaceptable desde el punto de vista ético y una clara forma de tortura.
«Esta noche, Alabama nos hace retroceder como humanidad. Agradezco su apoyo. Los amo a todos», fueron las últimas palabras de Smith antes de inhalar el gas tóxico que le causó la muerte.
Reporteros que presenciaron la ejecución informaron que después de que el gas comenzara a liberarse, Smith se retorció durante unos minutos y luego se le observó respirando agitadamente durante un tiempo adicional. Según los relatos, el gas nitrógeno se liberó durante aproximadamente 15 minutos.
Esta fue la segunda vez que el recluso enfrentó su ejecución; un año y medio atrás, experimentó un intento con una inyección letal, pero el ejecutor no pudo localizar la vena. Tres jueces de la Corte Suprema de Estados Unidos calificaron ese incidente como tortura, ya que provocó «dolores y sufrimientos extremos» que resultaron en un trastorno de estrés postraumático.
La Corte Suprema rechazó la última apelación presentada por la defensa del prisionero. La jueza Sonia Sotomayor, una de las tres que votaron por suspender la ejecución en el primer intento, criticó a las autoridades por convertir al detenido en un «conejillo de indias». «Al no lograr ejecutar a Smith en su primer intento, Alabama lo ha elegido como su ‘conejillo de indias’ para probar un método de ejecución nunca antes utilizado», condenó la jueza progresista.
Mientras tanto, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) instó a detener la ejecución. La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Ravina Shamdasani, expresó su profunda preocupación y solicitó al estado de Alabama que se abstenga de llevar a cabo ejecuciones de este tipo en el futuro.
Amnistía Internacional había alertado a las autoridades sobre la aplicación de este método de ejecución. El organismo de derechos humanos advirtió que «podría ser extremadamente doloroso».
Desde que la Corte Suprema de EE.UU. restableció la pena de muerte en 1976, se han llevado a cabo 1583 ejecuciones en el país, con 73 de ellas ocurriendo en Alabama.