El juez, Paulo Torres Pereira Silva, de 69 años, fue asesinado a tiros en el municipio de Jaboatão dos Guararapes, en el estado brasileño de Pernambuco.
Según las primeras investigaciones, el juez conducía su vehículo cuando fue rodeado por delincuentes armados que dispararon y se dieron a la fuga.
Cuando el Servicio Móvil de Atención de Emergencias (Samu) llegó al lugar, el magistrado ya estaba muerto.
El presidente del Supremo Tribunal Federal (STF), Luís Roberto Barroso, expresó su solidaridad con los familiares y amigos.
Además, el Tribunal de Justicia de Pernambuco (TJPE), donde ejercía la víctima, comentó en un comunicado que el magistrado «era muy querido por todos» esa esa corte. «Tenía 69 años y había sido juez durante casi 34 años».
A su vez, el tribunal indicó estar en contacto con las autoridades policiales para brindar apoyo en el esclarecimiento del crimen.