Una formula perfecta de ecoturismo autosostenible y responsable.
A orillas del río Bartola se encuentra esta agrupación de familias, organizados como la cooperativa Sol y Luna ofrecen una experiencia única para el visitante.
El Basecamp Bartola se ubicación junto a la Reserva Natural Indio Maíz y esto le asegura disfrutar de una enorme biodiversidad en pleno bosque tropical húmedo
Todos los integrantes de la comunidad tienen un papel: los transportistas, los guías, los que ofrecen sus caballos, los que hacen talleres en sus casas, los que cocinan, los que suministran alimentos, los que organizan y coordinan… y todo con un solo objetivo, conseguir un beneficio común ofreciendo el mejor servicio.
Todo comienza incluso antes de llegar al campo base. Para llegar al Basecamp Bartola hay que salir desde el pueblo de El Castillo. Desde allí, preguntando en la modesta oficina de turismo, te indicarán cómo contactar con el proyecto.
Una vez confirmada tu estancia en el campamento te recogerán en la desembocadura del río Bartola y desde allí, en una canoa larga y estrecha, dos palanqueros empujarán la embarcación aguas arriba durante una hora hasta alcanzar su destino. Una vez en el campamento, un representante del proyecto recibe a los nuevos viajeros, que no serán más de seis, junto a los que serán sus guías y cocineras.
los turistas pueden elegir realizar diferentes actividades con la comunidad, como la realización de chocolate desde cero, aprender a hacer tortitas de maíz, queso cuajada, pescar en el río, todo en las casas y en las cocinas de los miembros del proyecto, donde codo con codo se aprenden paso a paso sus costumbres y gastronomía.
se incluyen otras como excursiones por la selva tanto de día como de noche, ya que la fauna se transforma en cuanto se pone el sol.
ver tortugas de río, sábalos reales gigantes saltando del agua, algún que otro martín pescador, basiliscos, sapos, ranas dardo venenosas rojas y azules, las famosas y dolorosas hormigas bala, las mortales serpientes terciopelo, tarántulas durante la noche, cientos de mariposas, monos aulladores, tucanes, lapas rojas, pericos, oropéndolas, pájaros saltarines, colibrís y muchas otras aves de nombres difíciles de recordar. Por lo que si buscas flora y fauna tendrás para hartarte.
Aquí no hay intermediarios y en el Basecamp Bartola ellos se lo guisan y ellos se lo comen. Son los integrantes de la comunidad los que trabajan con los turistas, quienes dedican su tiempo y esfuerzo para enseñar sus selvas, quienes abren las puertas de sus casas para compartir con el viajero su día a día y donde los mismos que mandan son los que obedecen.
Para disfrutar de esta experiencia los visitantes pagan un importe, en dólares o en córdobas, y todo se queda en la cooperativa. No hay porcentajes para terceras partes ni beneficios fuera de la comunidad.