El Newcastle regresó dos décadas después a la Champions con un trabajado empate en San Siro (0-0). El Milan dominó por completo el partido ante un rival que remató una sola vez a puerta, pero le faltó puntería. Las paradas de Pope salvaron a los ‘magpies’ en la primera mitad, durante los mejores minutos del cuadro ‘rossonero’, que perdió amenaza en la segunda parte.
Tras la humillante derrota del fin de semana en el ‘Derby della Madonnina’, Stefano Pioli recuperó al sancionado Tomori para el eje de la zaga, optó por la imaginación de Chukwueze en la banda derecha por Pulisic e introdujo en la medular a Pobega, más trabajador, en detrimento de Reijnders. Unos cambios que de entrada no animaron al Milan, encorsetado por la presión del Newcastle en campo rival.
Sin embargo, con el avance del crono, el cuadro italiano descifró el entramado visitante y solo los reflejos de Pope evitaron que los ‘magipies’ encajaran el primer gol en diez minutos de asedio asfixiante. En ese lapso de tiempo, el arquero rechazó los remates de Pobega, Chukwueze, Giroud y Krunic.
El acoso bajó de intensidad sobre la media hora y el Newcastle lo aprovechó para adelantar metros, aunque sin generar peligro. De hecho, el Milan explotó los espacios en la retaguardia inglesa con la velocidad de Theo, Leao y Chukwueze en los costados. Faltó puntería. Giroud no encontró puerta en un remate en el primer poste a centro de Leao, que poco después culminó un slalom con un taconazo defectuoso. El chut posterior de Pobega fue rechazado por un zaguero bajo palos.
Por parte de los ‘magpies’, un disparo desviado de Murphy desde la frontal en el minuto 41 fue el único acercamiento destacable del primer acto. Tras el paso por vestuarios, el Milan chocó una y otra vez contra el muro del Newcastle. Los cambios, obligados por lesión en los casos de Maignan y Loftus-Cheek, no mejoraron al equipo de Pioli, muy espeso en la segunda mitad. En la llegada de mayor peligro, Leao rozó el larguero en un teztarazo a centro de Florenzi. Con todo, en la última acción del partido, Sportiello tuvo que lucirse para evitar el gol de Longstaff.