El asesinato del candidato presidencial Villavicencio, el pasado 9 de agosto, desconfiguró el proceso eleccionario.
En medio de actos de violencia política, más de 13 millones de ecuatorianos elegirán entre ocho candidatos a la presidencia. La candidata Luisa González, del Movimiento Revolución Ciudadana, del expresidente Rafael Correa, es la favorita para asegurarse un lugar en la segunda vuelta, según encuestas.
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Las elecciones generales se realizarán en Ecuador este 20 de agosto, con la expectativa de resolver quiénes serán los dos candidatos que pasen al balotaje, ya que ninguno de los sondeos en circulación da a alguno de los ocho postulantes el 40% de votos necesarios para ganar en primera vuelta.
Son unas elecciones inusuales para el país suramericano, marcadas por la violencia política y la crisis de gobernabilidad que llevó al presidente Guillermo Lasso a adelantar las elecciones que debían realizarse en 2025.
Los asesinatos del candidato Fernando Villavicencio, del Movimiento Construye; y de Pedro Briones, dirigente del Movimiento Revolución Ciudadana, generaron un clima preelectoral de incertidumbre y temor, dijo a Sputnik el analista político Carlos Onofre.
Onofre fue asesor de varios legisladores de la Asamblea Nacional, quienes pidieron el juicio político a Lasso, sustentado en varias denuncias de corrupción. El presidente optó por disolver la Asamblea Nacional el pasado 17 de mayo y en el acto convocó a elecciones, además de que anunció que acortaría su mandato, una figura conocida como muerte cruzada.
Con el decreto 707, el Gobierno de Lasso flexibilizó la tenencia y el porte de armas para que los guardias de seguridad privada puedan apoyar en tareas policiales. La llamada «cruzada por la seguridad» incluye a unas 120.000 personas que trabajan en empresas privadas, según el Ministerio del Interior.
Para Onofre, esta política se relaciona con una determinación gubernamental de achicar el Estado: «Identificamos que la propuesta principal es la reducción del Estado en varios sectores, no solo en el ámbito económico, como señala el modelo neoliberal«.