El portavoz del gobierno de Texas, Andrew Mahaleris, acusó el jueves al mandatario mexicano de una “política de puertas abiertas” a los migrantes.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, denuncia medidas antimigrantes del gobierno texano, EEUU, diciendo que son malos gobernantes y cristianos.
Andrés Manuel López Obrador, durante su rueda de prensa diaria, comentó que “en sus iglesias los van a cuestionar sus pastores evangélicos, los sacerdotes católicos, sus hermanos de religión, porque además de que están actuando como malos gobernantes y malos ciudadanos, están actuando también como malos cristianos”.
De este modo, ha reaccionado a la muerte de dos migrantes, cuyos cadáveres fueron encontrados el miércoles por México en la ciudad de Piedras Negras, en la frontera con la urbe de Eagle Pass, en Texas, Estados Unidos.
Asimismo, el mandatario mexicano calificó como “inhumano e inmoral” el trato de Texas por lo sucedido, que se debe a un cerco de boyas y alambre de púas en el río Bravo, colocado por el gobierno texano del republicano Greg Abbott.
Según afirman las autoridades mexicanas en sus denuncias a Washington, el gobierno de Texas ha violado tratados bilaterales de aguas y derechos humanos tras instalar las boyas y el cerco de alambres en el río Bravo para evitar la migración a Estados Unidos.
Al respecto, la Secretaría de Relaciones Exteriores del país azteca ha declarado en su denuncia que “las obstrucciones de Texas están en un tramo de 305 metros en la zona de Eagle Pass, de los que 230 metros corresponden a México”.
Al contrario de las declaraciones del presidente de EE.UU., Joe Biden, en su campaña electoral sobre facilitar la migración al país norteamericano, el inquilino de la Casa Blanca decidió seguir los pasos de su antecesor Donald Trump e incluso endureció aún más las normas migratorias.