Las autoridades insisten que todos los acusados fueron detenidos.
Rumanía, enfrenta un escándalo de maltrato en hogares de ancianos que sacude al país y el ministro del Trabajo, renunció en medio de las revelaciones sobre el hambre, la violencia física y las burlas que sufrieron los residentes de varios geriátricos.
La opinión pública de Rumanía, está conmocionada por un escándalo en torno al maltrato y abuso de cientos de ancianos en residencias gestionadas por una asociación cristiana ortodoxa con estrechas relaciones con el poder político del país balcánico.
A principios de este año, varios reportes sobre hogares de ancianos en la ciudad de Voluntari denunciaron que los residentes de estos geriátricos habían sufrido maltratos.
Meses más tarde, a principios de julio, comenzó una investigación contra 24 personas responsables de los asilos. De acuerdo con la prensa, 4 quedaron bajo custodia policial, 11 fueron puestas bajo arresto domiciliario, 6 quedaron bajo control judicial, mientras que otras 3 no fueron sometidas a ninguna medida.
Investigaciones de la Fiscalía y de periodistas, revelaron que los ancianos que vivían en estos asilos del terror no solo sufrieron hambre, violencia física y burlas, sino también fueron privados de sus pensiones y viviendas, así como eran drogados con medicamentos sedantes.
Según los fiscales, uno de los acusados, Stefan Godei, obtuvo 3,7 millones de leis rumanos (unos 824.000 dólares) tanto de los familiares de los residentes como del presupuesto estatal.
En total, 26 personas fueron detenidas por el caso, la mitad de ellas siguen en prisión preventiva o en arresto domiciliario, tras un registro este lunes de medio millar de residencias en toda Rumanía, las autoridades decidieron cerrar 4 centros de forma permanente, mientras que otros 22 fueron suspendidos temporalmente.
En los asilos, con pocos trabajadores y muchos residentes, los ancianos pasaban los días tirados en literas, en pésimas condiciones de higiene, sin sábanas y con los colchones sucios de orina y heces.