La cerámica negra va de generación en generación, cargada de tradición, arte y patrimonio cultural, como es el arte de Las Cureñas para elaborar cerámica negra, apoyado por el INTUR, el MEFCCA y la alcaldía, apoyando a estas mujeres artesanas en comercializar y dar a conocer sus productos en ferias.
“Las Cureñas”, es un nombre indígena, la descendencia es de gente artesana son bendecidos al tener barro y un potencial que no en cualquier parte hay.
El arte de la cerámica negra, con el barro que hay en la comunidad Las Cureñas, en el departamento de Jinotega, a través de capacitaciones las artesanas elaboran arte en cerámica negra como tazas, platos, teteras, panas, picheles utilitarios y decorativos como tortugas, collares, pulseras y diseños para adornos de paredes.
El barro, es la materia prima que utilizan las mujeres artesanas, quienes con sus manos dan forma a las piezas de adorno y utilitaria de cerámica negra.
El barro, es dedicado a este arte ancestral, desde hace más de 30 años, que es procesado y no tiene nada de químicos, se adquiere de la comunidad Las Joyas y lo que se hace es mezclarlo, dejando un material más espeso, ideal para preparar la pieza.
Doña Carmen Herrera Zelaya, presidenta de la cooperativa San José en la comunidad “Las Cureñas”, comentó que rescatar esta tradición de nuestros ancestros, les ha permitido que más personas visiten la comunidad para conocer el proceso y comprar cerámica negra.
Para elaborar artesanía de cerámica negra, hay un proceso de colado del barro para que vaya limpio y luego se hace el secado en un filtro para iniciar a trabajar la pieza.
Para hacer las piezas, las artesanas trabajan en un torno de pedal de metal con una rueda de madera, además de usar elementos como la piedra para pulir, el jícaro, la esponja para secar y el nailon.
Se amasa el barro o la arcilla, para comenzar a realizar el diseño que va a ser una olla de un anafre, luego centro la arcilla para hacer la pieza y con las manos comenzamos abrir para hacer el diseño y cuando ya tiene forma, lo emparejamos con hilo de nailon, luego que la pieza está hecha la cortamos de abajo para sacarla, con las herramientas la continuamos emparejando y la dejamos secando 2 días.
Luego, se le hace el primer pulido de cuatro que se hacen en total y la llevan al horno y cuando la pieza está roja, hacen el proceso ahumado, sacan la pieza y se cubre con la hoja o el colocho de madera de pino, lo que hace que la pieza sea negra, de manera manual elaboraban 15 piezas al día y con el torno sacan hasta 60 piezas en el día.
La elaboración de las artesanías, le permite obtener ingresos para la economía de su familia y con lo que han sacado adelante a sus hijos, las piezas las llevan a vender a Jinotega con precios que van desde 4 a 6 dólares, dependiendo el tamaño.
Esta cooperativa la integran 12 mujeres que llevan más de 30 años dedicadas a esta labor y 10 años de conformar la cooperativa, son mujeres comprometidas en continuar con el arte de elaborar cerámica negra y con orgullo seguir con la tradición de sus ancestros.
En la comunidad, también hay mujeres que se dedican a elaborar artesanías rústicas, además de vender la cerámica, en la comunidad se imparte taller al turista, donde les explicamos sobre el proceso y le enseñamos a elaborar la cerámica negra.