El Diario Nica

LAS CONTRADICCIONES DEL LIBERALISMO NICARAGÜENSE. 

Por: Cesar Mairena

Félix Maradiaga es el mejor ejemplo de las contradicciones del liberalismo: ideología, filosofía y política liberal, que surgieron de la Revolución Francesa.

El 5 de mayo de 1789, estalló la gran Revolución Francesa, un parte aguas en la historia de la Humanidad, que acabó con el feudalismo y el absolutismo monárquico. De manera violeta, el pueblo acabó con una monarquía explotadora, clasista, colonialista, ladrona, racista y excluyente. En ese fenómeno social, se pasó por la guillotine al Rey de Francia, Luis XVI y a su esposa María Antonieta de Austria, meses después. También se pasó por “la hoja” a todos los sacerdotes, monjes, presbíteros, y cualquier otro tipo de sotanudo católico, que justificaba a través de la religión, ese sistema monárquico que mantenía muerto de hambre, explotado y en la miseria al valiente pueblo francés. El gran legado de este fenómeno social fueron tres principios, aún vigentes: Libertad, Justicia e Igualdad.

Libertad: Se borra de un plumazo sangriento, la figura feudal “del siervo” que no era más que una palabra elegante para maquillar al “esclavo” que era explotado, excluido, robado y usado por su “majestad”.

Justicia: Ya los “súbditos” no eran gobernados por los caprichos, las rabietas, la voluntad, el humor o el estado de ánimo del “rey”, ahora los franceses eran regidos por la Ley, la Constitución Política, los Decretos y las Votaciones.

Igualdad: Se derriba la estructura gubernamental de la Monarquía (gobierno parásito social que justificaba su existencia y legitimidad, por razones teológicas católicas) y se establece la República Moderna (recordemos que los griegos y los romanos antiguos también tuvieron República), el gobierno de esta nueva República, gobernaba a un nuevo individuo que también surgió de la Revolución: El Ciudadano. A partir de la Revolución, la sociedad francesa no hizo diferencias entre los miembros de la realeza y el “siervo” común. Fue el mayor ejercicio de inclusión, de justicia para una sociedad fraccionada, excluida y polarizada. Todos los franceses, pobres o ricos, educados o ignorantes, eran iguales ante la ley.   

Otro legado que nos dejó la Revolución Francesa fue la independencia de las colonias en el continente americano, porque fueron los principios de Libertad, Justicia e Igualdad las que impulsaron a nuestros próceres, entre ellos, el más apasionado y congruente de todos: Simón Bolívar. Otro liberal, posteriormente, levantó el estandarte de los ya mencionados principios liberales y de un nacionalismo indiscutible (del que carecen actualmente muchos que se dicen liberales) en nuestra tierra: El héroe nacional Augusto C. Sandino. Sandino enamorado de los principios liberales, que representaba Bolívar, escribió ese bello documento “El Supremo Sueño de Bolívar”.       

Hemos visto recientemente, que la oposición, exiliada, deportada y frustrada, se ha rasgado las vestiduras porque un grupo de ex sandinistas (bueno en realidad nunca lo fueron) mandó una misiva al Grupo de Sao Paulo, expresando que el gobierno del presidente constitucional de Nicaragua, ejerce un sistema de gobierno neo liberal, alejado de las necesidades y la problemática del pueblo.

Las voces indignadas de los “demócratas de salón”, se alzaron defendiendo la actual ideología liberal, mostrándola como apegada a los derechos humanos, la libertad irrestricta y el bien común. Le agradecería a las amigas y amigos lectores que me recuerden, por favor, si en los 16 años de neo liberalismo en Nicaragua, se erigió algún hospital público como materialización de todos esos bellos principios que surgieron de la Revolución Francesa, o si la educación pública, gratuita y de calidad, se defendió como un derecho para todos y no como privilegio de algunos pocos pudientes.  

Les recuerdo a los que callan por conveniencia, la historia moderna de Nicaragua, en que, el presidente Ortega, al que acusan de egoísta y de abandonar al pueblo a la mano de Dios, fue el mismo que estuvo (ya sin ser presidente) al lado del pueblo de Nicaragua, cuando nuestra tierra fue golpeada brutalmente por el ciclón, el huracán, llamado Mitch.

Fue el presidente Ortega (el que ahora los “demócratas liberales” llaman dictador) siendo un ciudadano más, el que acompañó a la heroica alcaldesa de Posotelga, departamento de Chinandega, Felicita Zeledón, quien pidió ayuda del gobierno central, para comunidades que estaban en alto riesgo, producto de las precipitaciones del huracán “Mitch”.

Esa ejemplar mujer, previó y advirtió con mucha antelación, la tragedia que lamentablemente sucedió (el deslave del volcán Casita), sin que el gobierno de José Arnoldo Alemán Lacayo, (otro gran “liberal”), atendiera su llamado.

Sí, el Mitch fue una gran tragedia en nuestra patria, para 1998, y ahí fue la primera vez que vimos ante los medios de comunicación convencionales, a un joven Félix Alejandro Maradiaga Blandón, haciendo gala de incompetencia, de contradicciones en los datos de los fallecidos por el fenómeno climatológico y mostrándose como un funcionario público de un comité de emergencia, incapaz de brindarle el socorro y el apoyo que el pueblo de Matagalpa, también necesitó urgentemente, por ese terrible huracán.  Ejemplar el funcionario “liberal y humanista” auxiliando a los ciudadanos del norte de nuestra patria, ejemplar.    

Posteriormente, el gran “demócrata”, ocupó el cargo de Secretario General del Ministerio de Defensa, dentro del gobierno del ingeniero Enrique Bolaños Geyer, una administración que nos dejó a los nicaragüenses, en la oscurana…literalmente.  

Haber pasado por ese cargo, al señor Maradiaga, le hace creer (muy equivocadamente) que tiene autoridad moral, actualmente, para criticar a una de las instituciones más queridas, respetadas y valoradas por la ciudadanía nicaragüense: El Ejército Nacional. Y ese cariño de la ciudadanía, nuestro Ejército se lo ha ganado al lado del pueblo, enfrentando fenómenos y desastres naturales, por agua, aire y tierra, garantizando la seguridad en actividades productivas agrícolas y ganaderas o asestando contundentes golpes al narcotráfico y al crimen organizado.

Se llena de orgullo, el señor Maradiaga, diciendo que cuando él estuvo a cargo del Ministerio de Defensa, el Ejército Nacional, destacó por su profesionalismo, respeto a las leyes, la Constitución Política y que era una ejemplar institución “apartidista”, lo que calla de esa época, es que desde su cargo, muy diligentemente trató de que nuestra ejemplar institución castrense, eliminara de su inventario de armas, los lanzadores de misiles SAM 7, principal herramienta del sistema de defensa antiaéreo de nuestro país, violentando los preceptos del cargo por el que lo nombraron: Garantizar la seguridad nacional, ante amenazas extranjeras. Un verdadero liberal, primero que todo, señorito Maradiaga…es una nacionalista y un patriota, no como usted.  

Actualmente, este personaje hipócrita, doble moral y en el más inocente de los casos “contradictorio” con el “nacionalismo liberal” que debió impulsarlo en el Ministerio de Defensa, critica el acercamiento del Ejército Nacional y nuestra Policía Nacional, con las fuerzas armadas de la hermana república de Rusia, para luchar contra el narcotráfico, y otro tipo de amenazas a la seguridad nacional, mientras él, en ese cargo, trabajó más por los intereses del Comando Sur del Ejército de EEUU (al que le interesa nuestra privilegiada posición geo política y nuestra agua dulce), que por los de nuestras propias fuerzas armadas.

A ese “defensor de derechos humanos” no le parecía un acto de entreguismo que muchos de nuestros militares, llevaran cursos en la tristemente célebre “Escuelas de las Américas”, centro de reclutamiento, para una vez retirados nuestros militares, se convirtieran en paramilitares y miembros de escuadrones de la muerte, ejecutando Golpes de Estado, Magnicidios, Atentados, Sabotajes y otro tipo de crímenes (como sicariato al servicio de narcotraficantes, tal como los tristemente célebres “Caibiles” guatemaltecos), de acuerdo a las conveniencias del imperio norteamericano. Sus vínculos con el paramilitar y neo narco del Álvaro Uribe, que debería estar preso en Colombia, por el escándalo de los “Falsos Positivos”, cuando fue presidente, no son una coincidencia, son un hermanamiento lógico, entre criminales.

Y ni siquiera profundizaré, en la participación criminal, de este descarado ex “preso político” (que se grababa en el interior de su camioneta, masificando noticias falsas para 2018), en las actividades delincuenciales en la UPOLI, como lo  confesó en su momento “el Viper”, o sus vínculos desde su organismo no gubernamental, IEEP, con el capo de la droga sintética colombiana, César Paz Varela, porque el objetivo de las líneas que hoy, usted amiga y amigo lector, me hacen el inmenso favor de leer, buscan confirmar que tan congruente es el comportamiento de Maradiaga, con la doctrina, los principios y los valores del liberalismo como filosofía, e ideología.

Para concluir, les dejo amigas y amigos lectores, algunos puntos, para que ustedes valoren que tan congruente liberal, es el “señorito” Maradiaga:

  • EL LIBERALISMO POR DEFINICIÓN Y ORIGEN, ES ANTI CATÓLICO, PORQUE LA REVOLUCIÓN FRANCESA SE DECLARÓ ENEMIGA (DESDE SU NACIMIENTO) DE ESE SISTEMA RELIGIOSO, QUE JUSTIFICABA Y PERPETUABA EN EL PODER, ANTE LA SOCIEDAD FRANCESA, A LA NEFASTA MONARQUÍA FEUDAL. Ahora vemos al “liberal cepa pura” de Maradiaga, usar la imagen del supuesto “perseguido religioso”, el sacerdote católico Rolando Álvarez, en una campaña internacional, pidiendo la liberación en Nicaragua, de los mediáticamente denominados “presos políticos”.
  • EL LIBERALISMO ES NACIONALISTA, INDEPENDENTISTA Y LUCHA EN CONTRA LOS INTERESES DE COLONIAS E IMPERIOS. Y “el señorito” Maradiaga, actualmente, se desgarra las vestiduras y se agota en maratónicas sesiones ante el senado de EEUU y el Parlamento Europeo, rogando, gestionando y pidiendo a sus verdaderos patrones, amos y dueños, sanciones económicas y de otra índole, que afectan al pueblo de Nicaragua. Se llena de ira al ver el acercamiento entre el hermano pueblo ruso con el nuestro, en materia de seguridad nacional y lucha contra el narco tráfico, pero era un “siervo” dócil y obediente, desde el Ministerio de Defensa, trabajando por los intereses del Comando Sur del Ejército de EEUU, dejando a un lado los intereses nacionales y de seguridad del país, que dice tanto amar.
  • EN EL LIBERALISMO, TODOS LOS CIUDADANOS DE UN PAIS, SON IGUALES ANTE LAS LEYES. Para el “señorito” Maradiaga, se clasifican entre “demócratas” y los sandinistas, olvídense que este señor es anti orteguista, él es anti sandinista. Llegando al poder, en el país, un engendro como este, las verdaderas torturas, los verdaderos secuestros, las verdaderas violaciones de Derechos Humanos y los verdaderos Crímenes Lesa Humanidad, en contra del sandinismo, como lo demostraron en Abril/2018, abundarían en la tierra de Darío y Sandino (por cierto, ambos franco masones que, desde esa verdadera organización humanista, también se alimentaron de los valores y principios de la Revolución Francesa). El sistema liberal en Nicaragua, del que fue partícipe Maradiaga, en el gobierno de Bolaños, excluía (al igual que la monarquía francesa), a los pobres, a los oprimidos, negándoles la salud y la educación. Valore usted, amiga y amigo lector, si Félix Maradiaga y la pandilla de supuestos liberales que lo siguen, se rigen verdaderamente por los principios de Libertad, Igualdad y Justicia, de esa ejemplar Revolución Francesa. Félix Maradiaga, no es más que un traidor de los elevados principios de la Revolución Liberal (que, hasta el General José Santos Zelaya, ejecutó más congruentemente en nuestro país). Maradiaga, igual que Napoleón Bonaparte, traicionó el principio liberal de Igualdad entre los ciudadanos, coronándose por su ego y vanidad, en “el dirigente” de la oposición nicaragüense dejando en ridículo, propuestas como las de escoger a sus dirigentes, en votaciones democráticas de las bases y simpatizantes, como recientemente propuso, a lo interno de la oposición exiliada, Irlanda Jérez.   

En algo tiene razón, la ridícula comunicación que firmaron los “demócratas de salón”, dirigida a los miembros del grupo de Sao Paulo, defendiendo el liberalismo, el problema no es ideológico entre el Liberalismo, el Marxismo o el Leninismo, es de simple y sencillo nacionalismo, es de conocer la historia de nuestro país y la humanidad, para poder identificar quienes aman verdaderamente a Nicaragua con sus actos, impulsados por los principios, de esa bella utopía que fue la Revolución Francesa y quienes se mantienen  “siervos” coloniales europeos, e imperialistas norteamericanos, en pleno siglo 21.