El Diario Nica

Relaciones entre Irán y Egipto

Tras la reanudación de los lazos entre Irán y Arabia Saudí, se escucha ahora un acercamiento similar entre el país persa y Egipto.

En los últimos meses, a raíz del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Irán y Arabia Saudí, se ha hablado mucho de un acercamiento similar entre la República Islámica y Egipto.

De producirse este acercamiento diplomático, se pondría fin a más de 40 años de ausencia de relaciones entre ambos países. Por lo tanto, el objetivo de este artículo es explicar las relaciones entre estos dos países y las posibles repercusiones políticas y geopolíticas del mismo.

Las relaciones entre ambos países han pasado por diferentes fases a lo largo del tiempo. En 1952, después de la revolución que derrocó a la monarquía del Rey Farouk, el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser estableció una alianza con la Unión Soviética. Esta decisión fue considerada como una amenaza por parte de la monarquía Pahlavi iraní, que mantenía estrechos vínculos políticos, diplomáticos y económicos con Estados Unidos y la Entidad Sionista. Como resultado, las relaciones diplomáticas entre El Cairo y Teherán se interrumpieron en 1960 y no se restablecieron hasta 1970, unos meses antes del fallecimiento de Nasser.

Con la llegada al poder de Anwar Sadat en 1970 y la implementación de su política neo-liberal llamada Infitah -”apertura” en español-, las relaciones entre Egipto y el Irán Pahlavi alcanzaron niveles de colaboración y coordinación sin precedentes. 

Toda esta afinidad político-idelógica entre El Cairo y Teherán experimentó un cambio drástico en 1979 con el triunfo de la Revolución Islámica, el exilio de Mohammad Reza Pahlavi y el establecimiento de la actual República Islámica. Con la llegada al poder del fundador de la República Islámica de Irán, el Imam Jomeini (P), Egipto decidió romper todas las relaciones políticas y económicas con la nueva república islámica, materializando esta ruptura en 1980.

En marzo de ese mismo año, el gobierno de Sadat concedió asilo al depuesto Shah, quien padecía un cáncer terminal y fallecería pocos meses después. Este gesto fue interpretado por la República Islámica como un insulto al pueblo iraní y a las nuevas autoridades del país.

Como era previsible, Jomeini rechazó los Acuerdos de Camp David, acusando a Egipto de haber traicionado a los palestinos. En relación a este tema, resulta interesante recordar que ya en 1964 Jomeini fue obligado a exiliarse de Irán después de pronunciar un discurso público en el que criticó de manera contundente las relaciones entre la dinastía Pahlavi e Israel.