El Diario Nica

Fortaleza El Castillo en Rio San Juan

La Fortaleza de la Inmaculada Concepción está ubicada en el pueblo de El Castillo.

Fue construida en 1672 para proteger a Nicaragua de los ataques de enemigos.

Esta edificación militar española, estratégicamente localizada en la cima de una colina, es parte del sistema de fortificaciones que se construyeron en el siglo XVII a lo largo del istmo centroamericano. El mayor propósito de la Inmaculada era garantizar que invasores extranjeros y tribus belicosas no llegaran a la ciudad de Granada, la que se conecta con el Río San Juan a través del Lago Cocibolca, para saquearla.

Múltiples ataques se perpetuaron contra la fortaleza durante el siglo XVIII bajo el mando de ingleses aliados con miskitos o zambos, pero los de mayor relevancia fueron los de 1762 y 1780. El primer ataque fue producto de una expedición que se inició en Jamaica. Durante este enfrentamiento, Rafaela Herrera, una joven de 19 años hija del fallecido capitán de la tropa española que protegía el lugar, se encargó de disparar los cañones que alejaron a los invasores. A pesar de que la defensa fue exitosa, y que los británicos se retiraron en agosto de ese mismo año, la fortaleza fue finalmente ocupada por éstos en 1780, para luego abandonarla al año siguiente.

Actualmente, turistas nacionales y extranjeros, estudiantes universitarios, colegiales y habitantes de la zona pueden ingresar a la fortaleza. Pocos pasos después de la caseta de admisión, justamente a mano izquierda, se encuentra un pequeño museo en el que se obtiene información sobre la activa y violenta historia del pueblo de El Castillo, además de datos sobre la construcción de la fortificación y los planes inconclusos de la construcción de un canal interoceánico en el Río San Juan.

Luego del museo, se abre paso la entrada de la pequeña (en comparación con otras), pero imponente Fortaleza de la Inmaculada Concepción. La estructura está constituida por cuatro fuertes esquineros cuyo aspecto se asemeja a la punta de una lanza. Después de subir por una rampa de acceso, se puede recorrer el edificio por los diferentes pasajes del mismo, ubicados a ambos lados. Al terminar el recorrido, se llega al final de la edificación, en donde se tiene una amplia y bella vista del río, el potente raudal El Diablo y sus selváticos alrededores.

Al momento de construir la fortaleza, sus espacios se destinaron a distintos propósitos. Por ejemplo, el edificio tenía tres cuarteles: uno para los desterrados, otro para los solteros y uno general. Además, poseía una capilla, una plaza de armas, almacenes de pólvoras, varias torres, una guardia principal, un patio de cuarteles, una prisión y varios baluartes. En años anteriores, la parte interna de la fortaleza había sido convertida en una sala de exposición de dos niveles, pero sus objetos y paneles informativos se trasladaron al museo actual para garantizar la conservación de los mismos.