La carreta fue el vehículo traído y usado por los conquistadores para transportar a nuestros ancestros indígenas. Data el año 1523.
Los encadenaban, los subían a la carreta y los transportaban para ser vendidos como esclavos.
Todo esto ocurría al amparo de la noche; gritos, llantos y el propio ruido de la carreta al movilizarse por las calles empedradas. Hace de una historia real la «materia prima» para una fabulosa leyenda (Carreta Nagua), relacionada a la esclavitud, muerte y oscuridad.
La carreta Nagua: “La Carreta de la muerte, una carreta embrujada que salía a media noche entre las 12 y 1 am, haciendo un ruido infernal, va tirada por dos bueyes flacos con las costillas casi de fuera; uno de color negro, otro overo conducido por el macabro personaje de la Muerte Quirina, no pasa por las esquinas que forman una cruz.
Pues si al llegar a una tiene que desaparecer; y luego se le oye andar sobre la siguiente calle»
Con respecto a la creencia, se decía que el hecho de escuchar el paso de la carreta nagua, significaba el anunció de que un miembro de la familia estaba a punto de morir. Y para los más osados que se atrevían a asomarse por las ventanas se decía que la muerte quirina arrojaba un hueso, lo que significaba que debías entregarle a un niño o vendría por vos.
La particularidad de esta historia radica en que es, sobre todo, auditiva, como que los vecinos asustados por el estruendo, no se atrevían a contemplar el paso de aquel espectro. A eso sumado que no había llegado el asfalto, los adoquines o el concreto hidráulico y las calles eran empedradas, incluso se llegó a creer que la ruedas eran cuadradas.