La Oficina Federal de Investigación de EE.UU. (FBI) ha colaborado con los servicios de inteligencia ucranianos para censurar a los usuarios de las redes sociales y obtener su información personal, reportó este miércoles el periodista Aaron Maté citando correos electrónicos filtrados.
Según el informe, en marzo de 2022, un agente de inteligencia de EE.UU. envió a Twitter una lista de cuentas que «son sospechosas ante el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) de propagar el miedo y la desinformación». De esta forma, el SBU pidió a la plataforma eliminar las cuentas y entregarle los datos de sus usuarios, escribe el periodista.
Maté detalla que el documento adjunto, creado por la inteligencia ucraniana, contenía 163 cuentas, entre ellas la suya. Entre otros, en la lista figuran los periodistas rusos Vladímir Soloviov, presentador de informativos de televisión, y Margarita Simonyan, redactora jefa de la cadena rusa RT, así como varias agencias gubernamentales y medios de comunicación del país, precisa.
El SBU denunció que estas cuentas fueron «utilizadas para difundir desinformación y noticias falsas con el fin de reflejar de forma inexacta los acontecimientos en Ucrania», agregó.
En respuesta, Yoel Roth, el entonces jefe de Confianza y Seguridad de la red social, contestó que Twitter «revisaría las cuentas denunciadas», pero advirtió que la lista incluía «algunas cuentas de periodistas estadounidenses y canadienses», por lo que la revisión «se centraría ante todo en identificar cualquier posible falta de autenticidad».
Entonces, Roth sugirió que estaría abierto a suspender cuentas auténticas si se podía demostrar que tienen un vínculo oculto con un Gobierno extranjero, pero es poco probable que los periodistas «que cubren el conflicto con una postura prorrusa sean declarados infractores» de las normas sin un contexto que «pueda establecer algún tipo de asociación encubierta o engañosa entre ellos y un Gobierno».
De esta forma, de las 163 cuentas nombradas por la inteligencia ucraniana, 34 fueron suspendidas y 20 ya no existen, pero el resto siguen activas, indica el informe.