En numerosos países un gran avance en lo que se refiere a los derechos de las mujeres y a la igualdad de género, todavía hay mucho camino que recorrer.
Una de las prueba es que en ciudades como Nueva York, Londres o París muchas usuarias del transporte público están recurriendo a las llamadas sus camisas del metro.
Prendas que utilizan solo en el suburbano para evitar episodios de acoso, como comentarios sexistas, miradas inapropiadas o incluso agresiones físicas.
En los meses más cálidos del año ha hecho que esta tendencia se haya hecho viral en las redes sociales. Varias mujeres comparten sus consejos para evitar encuentros indeseados, dando uso del procedimiento sencillo.
Llevan prendas holgadas que solo las utilizan durante el trayecto y cuando llegan a su destino dejan de utilizarlas. Un ejemplo de lo desprotegidas que se sienten en este tipo de escenarios y es que se ven obligadas a cambiar su forma de vestir.
La mayoría de ellas ha vivido algún episodio desagradable en el pasado que hace que ahora intenten no llamar la atención.
«Hay tantos conjuntos que nunca me he puesto, simplemente porque sabía que la gente me haría sentir incómoda«, confeso la influencer Sophie Milner.
Las mujeres las viven con tanta frecuencia que incluso se ha normalizado el hecho de tener que modificar una vestimenta para viajar, tanto así como elegir pantalones en lugar de faldas o hacer uso de bufandas o jerséis para disimular el escote son automatismos incorporados en el día a día para evitar tener que enfrentarse a momentos inapropiados.
Un estudio de 2016 de la Federación Nacional de Asociaciones de Usuarios del Transporte de Francia señalaba que el 48% de las mujeres encuestadas admitía adaptar su vestimenta para viajar y esto sigue sin cambio ya que siete años después sigue ocurriendo en numerosos lugares del mundo.