Con el objetivo de evitar cualquier intento de reagrupación, como estaba ocurriendo en Nueva Concepción.
Nayib Bukele, presidente de El Salvador, anunció este domingo una ofensiva contra el resto de integrantes de las violentas pandillas que siguen operando y que hace doce días asesinaron a un policía.
«Aunque estamos ganando decisivamente la #GuerraContraPandillas, lanzaremos una ofensiva contra los remanentes de estas estructuras» ilegales, afirmó el gobernante en su cuenta de Twitter.
El pasado 16 de mayo, miembros de una de esas agrupaciones asesinaron al agente Maximino Vásquez lo que obligó a las autoridades a implementar un cerco militar que condujo a la captura de varios pandilleros acusados de su presunta participación en el crimen.
Tras el asesinato, Bukele ordenó un cerco con 5.000 soldados y 500 policías en la ciudad de Nueva Concepción, de unos 30.000 habitantes, en el departamento de Chalatenango, unos 80 km al norte de la capital San Salvador.
El objetivo de esa ofensiva es «para evitar cualquier intento de reagrupación, como estaba ocurriendo en Nueva Concepción», puntualizó.
«Prometimos que pagarían caro por el asesinato de nuestro héroe. Destruimos su clica, arrestamos a sus compañeros, arrestamos a su líder, y hoy, arrestamos a los tres asesinos, uno de ellos en un poblado guatemalteco cercano de la frontera salvadoreña”, anunció Bukele
Los ahora detenidos «nunca más volverán a causar terror» en el país, sentenció.
Las autoridades salvadoreñas mantienen una «guerra» contra las pandillas amparada en un régimen de excepción que fue declarado originalmente por el parlamento, a pedido de Bukele, en respuesta a una escalada homicida que cobró la vida de 87 personas, del 25 al 27 de marzo de 2022.Como parte de su estrategia de seguridad para hacer frente a la crisis de violencia generada por las pandillas.
Las cifras proporcionadas por el Gobierno de Bukele demuestran que la política de mano dura ha reducido considerablemente la tasa de homicidios en el país. Según datos oficiales, durante el estado de excepción la tasa de asesinatos es de 3,6 por cada 100.000 habitantes, cuando el promedio en 2015 era de más de 106 homicidios por cada 100.000 habitantes.
Sin embargo, organismos internacionales de defensa de los derechos humanos cuestionan el actuar de las autoridades salvadoreñas. La ONU calcula que un año después la entrada en vigor del estado de excepción han sido detenidas 67.000 personas, muchas de ellas de forma arbitraria.
La semana pasada, tres expertos de Naciones Unidas pidieron a Bukele la derogación del estado de excepción.