El Diario Nica

Inter a la final de Champions League

Han sido 13 años de espera, Pero Inzaghi toma el relevo de Mourinho y lleva al Inter a toda una final de Champions.

Inter volvió a quedarse con el derbi ante Milán. Esta vez por 1-0 en el Giuseppe Meazza en el marco de la vuelta de las semifinales y se clasificó a la gran final de la Champions League 2022-23. Con un golazo del capitán Lautaro Martínez, el ‘Nerazzurri’ goleó en el global al ‘Rossoneri’ y se medirá por el título contra el ganador de Manchester City y Real Madrid. Joaquín Correa ingresó en el segudo tiempo.

Cuando comenzó la temporada, jugar una final de ‘Champions’ era solo un sueño para el Inter, pero el gol de Lautaro Martínez en todo un ‘Derbi della Madonnina’ ante el Milan (1-0, 3-0 global) hizo que los ‘nerazzurri’ lo cumplieran y volvieran a una final de Liga de Campeones trece años después de la última, allá por 2010, cuando fueron campeones.

Alcanzar una final de ‘Champions’ es algo ya de por sí especial. Pero lograrlo dejando en las semifinales al rival de tu ciudad, a un equipo con siete ‘orejonas’, lo es aún más. El Inter hizo feliz a media ciudad de Milán y reencontró a su afición con la gloria en una temporada que no olvidará jamás.

Para conseguirlo tuvo que acabar el trabajo que inició en la ida, domar a un Milan que saltó agresivo en los primeros minutos, como no podía ser de otra forma. Los ‘rossoneri’ tenían que provocar, al menos, inseguridad en la zaga interista para evitar que se asentara pronto, consciente de que si eso pasaba, la eliminatoria se complicaba sobremanera y el sueño de una final de Liga de Campeones, el reencuentro con la gloria tras 16 años, se esfumaría.

Tenían que ser 90 minutos a pecho descubierto, 90 minutos en los que hacer honor al escudo que portan y la camiseta que visten, siete veces campeona de Europa. Lo consiguió durante unos instantes el conjunto de Pioli en un Giuseppe Meazza vestido de negro y azul. Un disparo lejano de Theo Hernández que se envenenó, una mala salida de Onana y una clara ocasión de Brahim que desbarató el portero camerunés con una gran intervención pusieron sobre aviso a un Inter que, sin embargo, no pareció ponerse nervioso.

No le dio tiempo tampoco. La ‘rossonera’ fue una reacción insuficiente que se apagó a los quince minutos de juego. El único que generó, omnipresente en todo el campo, fue un Tonali que llevó el peso de su equipo al completo. Maignan fue el único que le liberó de carga al aparecer con un paradón a Barella. Leao estuvo bien defendido, oculto en la banda izquierda, casi sin aparecer, aunque eso no significara que estuviera fuera del partido.

Pero el Inter demostró a partir del minuto quince que es un equipo más completo que el Milan. En calidad individual y colectiva, en fondo de armario y en la capacidad de reaccionar en los peores momentos. Porque dejó al Milan que tuviera el balón, no sufrió en defensa y se desplegó con calidad, criterio y peligro al ataque. Especialmente con un Barella muy acertado, picando en profundidad por ambos perfiles, y con un Dumfries muy profundo que obligó, en parte, a retrasar la posición de un Theo que inició muy ofensivo.