Desde 1965 en todo el mundo se celebra cada 12 de mayo el Día Internacional de la Enfermería. Se escogió este día porque en él se conmemora el nacimiento de Florence Nightingale, para muchos la creadora de la enfermería moderna. La celebración es impulsada por el Consejo Internacional de Enfermería y en ella se quiere recordar el aporte de los enfermeros a la sociedad.
El Consejo es una federación fundada en 1899 y reúne a más de 130 asociaciones nacionales de enfermeros y enfermeras que a su vez, representan a los más de 13 millones de profesionales del mundo entero. Cada año por esta fecha, el organismo produce y distribuye una carpeta informativa y educativa dirigida a estos profesionales de la salud.
Con la difusión de este material se pone de relieve la contribución que las enfermeras pueden realizar reconociendo que, como profesión, llegan a personas a las que nunca ven otros profesionales en comunidades tanto urbanas como rurales y remotas. En pocas palabras, no es posible lograr la salud global sin las enfermeras y sin la contribución y participación proactiva en todos los niveles del sistema sanitario.
Nuestras enfermeras. Nuestro futuro, será una campaña mundial que defina lo que queremos para la enfermería en el futuro con el fin de abordar los retos de salud global y mejorarla para todos. Hemos de aprender de las lecciones de la pandemia y traducirlas en acciones de futuro.
Con el informe Situación de la Enfermería en el Mundo, las Orientaciones Estratégicas Mundiales de Enfermería y Partería, el informe Apoyar y retener en 2022 y más allá, y muchas otras publicaciones importantes, el CIE y otras organizaciones han dado a conocer la evidencia a favor del cambio y han instado a la acción. Ahora es el momento de mirar al futuro y demostrar lo que estas inversiones significarán para la enfermería y la atención de salud. La campaña Nuestras enfermeras. Nuestro futuro. arrojará luz sobre las enfermeras y un futuro más brillante.
Para combatir la escasez de enfermeras debemos acabar con los estereotipos. Estas profesionales son la fuerza laboral más numerosa de los sistemas sanitarios en todo el mundo. Su trabajo es esencial para mejorar y promover nuestra salud.
Desde hace más de veinte años, la encuesta Gallup Honesty and Ethics, que mide la confianza que las profesiones inspiran en los ciudadanos, posiciona a las enfermeras en el primer puesto del ranking. Sin ellas, el sistema sanitario se tambalea, como se ha constatado en la pandemia que hemos sufrido.
A pesar de todo, según la Organización Mundial de la salud (OMS), faltan 5,9 millones de enfermeras, y esta carencia es un problema que preocupa a organismos y autoridades nacionales e internacionales.
Diversos factores entrelazados contribuyen a que muchas enfermeras en activo se planteen abandonar la profesión y a que las nuevas generaciones no valoren la enfermería como un trabajo atractivo al que dedicarse.
Existen muchas versiones negativas acerca de esta profesión, el conocimiento distorsionado y estereotipado que tiene la sociedad sobre qué son y a qué se dedican las enfermeras es una de las causas. En parte, se explica por la anecdótica presencia de esta profesión en noticias sobre salud y por las imágenes erróneas que de ella difunden los medios de comunicación. Incluso cuando se informa sobre que “faltan miles”.
De hecho, una revisión sistemática que evaluó 60 investigaciones donde se analizaba la imagen que los medios de comunicación difundían de las enfermeras, concluyó que en el 40 % de los casos era negativa. En el 20 %, los rasgos que las definían eran más nocivos que positivos.
Entre los estereotipos más recurrentes identificados por los investigadores se pueden citar: que se trata de una profesión exclusivamente femenina de “chicas sexis” o “santas angelicales”; que las enfermeras son ayudantes de los médicos; que trabajan en un oficio vocacional, sin el requerimiento de una formación universitaria; o que son heroínas dispuestas a arriesgar sus vidas por salvar los de los demás.
La evidencia científica muestra que esta mala imagen puede repercutir también en la autoestima profesional, en la insatisfacción laboral, en los recursos que gestionan y se les otorgan y en su presencia en las mesas de decisión política.
Según confirman los estudios, durante los dos años de pandemia se generó un incremento notorio de la presencia mediática de las enfermeras. Fue una oportunidad para mostrar a la ciudadanía lo que esta profesión aporta a la salud actual.