La nueva planta contribuye a crear nuevas oportunidades de empleo en la región.
Presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, celebran la entrega de combustible nuclear de fabricación rusa a la unidad 1 de la central nuclear de Akkuyu de Turquía.
Putin calificó la planta de un proyecto crucial para que Rusia y Turquía desarrollen sus lazos económicos y de vecindad. Además, expresó que si en Turquía no hubiera un presidente como Erdogan, sería difícil hablar de éxito en el proyecto.
Con el registro de Akkuyu como una instalación nuclear, Turquía se une a los países desarrollados.
Alexéi Lijachóv , director general de Rosatom, asistió al evento, afirmó que la primera unidad de la central nuclear ya se encuentra en un alto grado de preparación y la instalación de los equipos está a punto de finalizar.
El jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, punteó que la planta seguirá produciendo energía nuclear 100 años después de su lanzamiento.
Las primeras instalaciones atómicas del país se están construyendo en la provincia turca de Mersin, a orillas del mar Mediterráneo, sobre la base de un acuerdo intergubernamental firmado entre Moscú y Ankara en mayo de 2010.
La construcción se lleva a cabo por la empresa Akkuyu Nuclear, que es propiedad de la corporación estatal rusa Rosatom en un 99 %.
Se trata de una central nuclear de cuatro unidades con reactores VVER-1200. Una vez finalizada la construcción, la planta generará alrededor de 35.000 millones de kWh por año.
El vicepresidente de la nación asiática, Fuat Oktay, anunció que el líder turco asistiría de forma virtual a la ceremonia de entrega de combustible, ya que el mandatario sufre un leve resfriado. El Kremlin, a su vez, informó que Putin participaría en el acto en el mismo formato.
El jefe de la corporación rusa indicó que esta sería «la construcción nuclear más grande del planeta». En febrero, durante una visita al lugar, Lijachóv declaró que los trabajos generales de construcción de la primera unidad finalizarán en el tercer trimestre de 2023.
La directora general de Akkuyu Nuclear, Anastasia Zoteeva, declaró que Rosatom está construyendo las salas de máquinas de la central antes de lo previsto.
«Creo que, a finales de este año, quizá ya estén listas tres de las cuatro salas de máquinas, y el año que viene terminaremos la cuarta».
Con la nueva instalación nuclear, Turquía podrá generar la electricidad necesaria para afrontar mejor la alta demanda nacional y contribuir a la lucha contra el cambio climático, afirmó anteriormente Erdogan, recalcando que la nación ya avanzó notablemente en los últimos 19 años en el uso de energías renovables.
Los edificios de los reactores de Akkuyu están equipados con un doble caparazón de protección de acero y hormigón especial capaz de resistir terremotos de hasta magnitud 9, así como tsunamis y huracanes.
La zona residencial de la central, que acogerá a más de 6.000 personas, incluirá apartamentos de distintos tamaños, así como una guardería, una escuela, tiendas, restaurantes, cafeterías, un centro médico, una farmacia, instalaciones deportivas, complejos sociales y culturales y un hotel.
La nueva planta contribuye a crear nuevas oportunidades de empleo en la región. El vicepresidente del consejo de administración de Akkuyu Nuclear, Antón Dedusenko, dijo que en el lugar trabajarán 4.000 empleados y, en total, se dará empleo a 40.000 personas.
Según el mandatario turco, una vez se finalice la construcción de Akkuyu, el país planea construir una segunda e incluso una tercera planta nuclear.