El modus operandi de esas agresiones instrumentalizadas, difundidas y alentadas por las redes sociales.
Brasil, enfrenta una ola de violencia letal en las escuelas, esta explosión de casos ha generado un embate de angustia y miedo entre las familias y han puesto en alerta a las autoridades.
Aparentemente, los atacantes suelen estar atraídos por comunidades que alientan los discursos de odio de grupos nazis o neonazis a los que acceden con gran facilidad en las redes sociales y donde se sienten valorados, escuchados y reconocidos.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, convocó este martes una reunión con ministros, gobernadores y jefes de otros poderes para abordar el problema y anunció un paquete de 3.000 millones de reales (unos 600 millones de dólares) para los estados y municipios.
Un estudio realizado por la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp) contabilizó 23 ataques con extrema violencia en escuelas, la mayoría públicas, en los últimos 20 años en Brasil.
Telma Vinha, coordinadora del estudio de Unicamp, comenta que el patrón se repite: jóvenes, de entre 10 a 25 años, casi siempre hombres y blancos. «Muchos probablemente presentan, aunque no hayan sido diagnosticados, disturbios psiquiátricos, una caraterística de aislamiento social, tienen relaciones interpersonales mucho más restrictivas, no son los populares, mantienen relaciones online, virtuales, pero no tanto presenciales.
También, dijo que, normalmente, estos jóvenes forman parte de un grupo cuyas familias tienen «una movilidad económica descendente», sin perspectivas de futuro, algunos sufren violencia doméstica y también presentan «una característica de masculinidad tóxica». Actúan impulsados por la rabia, la venganza y tienen una vinculación con grupos extremistas, principalmente en las redes sociales.
El ministro de Justicia, Flávio Dino, informó que en los últimos 10 días se cerraron 756 cuentas en internet por influenciar o alentar a ataques violentos en colegios.
La Policía en el estado de Sao Paulo, registró en 7 días 279 amenazas o sospechas de posibles planes de atentados en escuelas.
En estas dos décadas, 24 estudiantes murieron, 4 profesores, 2 profesionales en educación y 5 agresores, solo en los últimos ocho meses, hubo 10 ataques que dejaron 11 muertos.