El país lleva meses de crisis política y social.
El Consejo Constitucional de Francia, ha aprobado la mayor parte de la reforma de pensiones impulsada por el presidente Emmanuel Macron, que retrasa la edad de jubilación de los 62 a los 64 años.
Con esta nueva disposición de ley, miles de personas han vuelto a salir a las calles de París, para mostrar su rechazo ante la aprobación de la medida.
El alto tribunal, ha rechazado una primera iniciativa para un referéndum que, si al final de un recorrido largo y complejo hubiese tenido éxito, habría anulado la reforma recién aprobada.
En una de las pancartas, que portaban los manifestantes se leía «Es el final del camino democrático».
En la ciudad de Rennes, en el noroeste del país, un grupo de personas salieron a protestar y algunos manifestantes asaltaron una comisaría, al lado de la cual colocaron cubos de basura incendiados, dejando en llamas la fachada del edificio.
El ministro del Interior de Francia, Gérald Darmanin, aseveró que los responsables serán procesados.