Más de 60 muertos y 81 personas sobrevivieron, con 20 hospitalizados, incluida una persona en cuidados intensivos.
Al menos 60 personas murieron, incluyendo niños, cuando una embarcación que transportaba migrantes se estrelló contra unas rocas cerca de la costa del sur de Italia a primera hora del domingo. Entre los muertos se reportó un bebé de meses y un niño de 8 años.
El barco había zarpado de Turquía hace varios días con migrantes de Afganistán, Irán y varios otros países, y se estrelló durante una tormenta cerca de Steccato di Cutro, un balneario en la costa este de Calabria.
El número provisional de muertos se situó en 60, dijo Manuela Curra, funcionaria del gobierno provincial. 81 personas sobrevivieron, con 20 hospitalizadas, incluida una persona en cuidados intensivos, afirmó.
Un sobreviviente fue arrestado por cargos de tráfico de inmigrantes, dijo la policía de aduanas de la Guardia di Finanza.
Antonio Ceraso, alcalde de Cutro declaró, que entre los fallecidos había mujeres y niños. La cifra exacta de cuántos niños había muerto aún no estaban disponibles.
Con la voz entrecortada, Ceraso dijo al canal de noticias SkyTG24 que había presenciado «un espectáculo que no querrías ver en tu vida… una visión espantosa… que se te queda grabada para toda la vida». Los restos de la goleta de madera, un velero turco, quedaron esparcidos por una gran extensión de costa.
Curra dijo que el barco partió de Izmir, en el este de Turquía, hace tres o cuatro días, y agregó que los sobrevivientes dijeron que había entre 150 y 200 personas a bordo. Los sobrevivientes eran en su mayoría de Afganistán, Iraní, Pakistán y un par de Somalia, comentó, agregando que identificar las nacionalidades de los muertos era más difícil.
«Muchos de estos inmigrantes procedían de Afganistán e Irán, huyendo de condiciones de gran penuria», dijo el presidente italiano, Sergio Mattarella.
Ignazio Mangione, funcionario de la Cruz Roja italiana, dijo a SkyTG24 que muy pocos de los niños que se cree que estaban en el barco sobrevivieron.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, expresó su «profundo pesar» por el mortal incidente y prometió poner fin a la inmigración irregular para evitar más muertes en el mar. Su gobierno de derecha ha adoptado una línea dura en materia de migración desde que asumió el poder en octubre, sobre todo restringiendo las actividades de las organizaciones benéficas de rescate de migrantes con nuevas y duras leyes.
Meloni acusa a las organizaciones benéficas de alentar a los inmigrantes a realizar el peligroso viaje por mar a Italia, actuando como los llamados «factores de atracción». Las organizaciones benéficas rechazan esto, diciendo que los inmigrantes parten sin importar si hay botes de rescate en las cercanías.
«Bloquear a las ONGs en el Mediterráneo tiene un solo efecto: Más muertes en el mar», tuiteó la organización benéfica española de rescate de inmigrantes Open Arms en reacción al naufragio del domingo.
En una declaración Matteo Piantedosi, ministro del Interior italiano dijo, “que era esencial poner fin a las travesías marítimas que, ofreciendo a los migrantes el espejismo ilusorio de una vida mejor en Europa, enriquecen a los traficantes y causando tragedias como las de hoy”.
El papa Francisco, hijo de inmigrantes italianos en Argentina y un firme defensor de los derechos de los migrantes, indicó que rezaba por todos los atrapados en el naufragio.
Italia es uno de los principales puntos de desembarco de los inmigrantes que intentan entrar en Europa por mar. La llamada ruta del Mediterráneo central es conocida como una de las más peligrosas del mundo.
El Proyecto de Migrantes Desaparecidos de las Naciones Unidas ha registrado más de 17.000 muertes y desapariciones en el Mediterráneo central desde 2014. Se estima que más de 220 han muerto o desaparecido este año.