El Diario Nica

¿SOLO NICARAGUA EN EL MUNDO LE HA QUITADO LA NACIONALIDAD A SUS CIUDADANOS?.

El día 09-02-2023, el Presidente Constitucional de la República de Nicaragua, José Daniel Ortega Saavedra, se dirigió a la nación en un acto oficial, informando sobre una supuesta controversial medida: La deportación de 222 personas, denominadas por la oposición “presos políticos”, estos individuos fueron enjuiciados y condenados por ser Traidores a la Patria, en virtud de lo establecido por nuestro ordenamiento jurídico nacional, en la Ley 1055, Ley de Defensa de los Derechos del Pueblo a la Independencia, la Soberanía y Autodeterminación para la Paz.


¿SOLO NICARAGUA EN EL MUNDO LE HA QUITADO LA NACIONALIDAD A SUS CIUDADANOS?.

El día 09-02-2023, el Presidente Constitucional de la República de Nicaragua, José Daniel Ortega Saavedra, se dirigió a la nación en un acto oficial, informando sobre una supuesta controversial medida: La deportación de 222 personas, denominadas por la oposición “presos políticos”, estos individuos fueron enjuiciados y condenados por ser Traidores a la Patria, en virtud de lo establecido por nuestro ordenamiento jurídico nacional, en la Ley 1055, Ley de Defensa de los Derechos del Pueblo a la Independencia, la Soberanía y Autodeterminación para la Paz.

Después de haber sido sentenciados y condenados, estos sujetos fueron deportados de Nicaragua, en cumplimiento del instrumento jurídico contenido en la Ley 1145, Ley Especial que Regula la Pérdida de la Nacionalidad Nicaragüense.

Una semana después, el 15 de febrero, el magistrado presidente del Tribunal de Apelaciones de la Circunscripción Managua, Ernesto Rodríguez Mejía, dio lectura a las resoluciones emitidas por los jueces de Distritos Penales de Audiencias de la Circunscripción Managua en contra de 94 acusados por el Ministerio Público, quitándoles la nacionalidad nicaragüense.

De inmediato, las alarmas mediáticas propagandísticas de la oposición se activaron, nos saturaron en las redes sociales y en los medios de comunicación convencionales, con declaraciones, entrevistas, comunicados y ruedas de prensa, muy preocupados se mostraron la ONU, gobiernos, funcionarios pro Derechos Humanos y dignatarios de diferentes partes del mundo, por dicha resolución gubernamental de un Estado Soberano, Independiente y Autodeterminado, quitándole la nacionalidad a estos sujetos. Una vez más, Nicaragua estaba en el centro de la tormenta por haber violado un derecho fundamental como es el de la nacionalidad de una persona nacida en el territorio (IUS SOLI o Derecho del Suelo: Es una expresión jurídica en latín que significa “derecho del lugar”, es decir por haber nacido en el territorio, la persona adquiere la nacionalidad de ese país).

Pero, después de tanto ruido mediático, tanto rasgarse las vestiduras por este nuevo “atropello del gobierno nicaragüense en contra de sus ciudadanos” en EEUU, Europa, Suramérica y en “la gran madre patria” España, nos cabe hacernos una pregunta sincera e inocente: ¿Sólo Nicaragua en el mundo le ha quitado la nacionalidad a sus ciudadanos?

El primer caso que nos encontramos para aclarar este tema, está ubicado en la época de la terrible “guerra fría” en los años 50´s del siglo 20, nada más y nada menos que en “La Tierra de las Libertades y de los Valientes”, ni más ni menos señoras y señores, los Estados Unidos de Norteamérica: El caso de Julius y Ethel Rosenberg, a ellos, la gran nación del norte, no les quitó la Nacionalidad, sino el más importante de los Derechos Humanos: El de la Vida.

Y esta ejecución realizada en ese país (que actualmente se declara preocupado por los derechos de los opositores nicaragüenses que fueron deportados y a los que les quitaron su nacionalidad) se hizo cumplir sin dudar un segundo, violando el más sagrado de los Derechos Humanos: La Vida.

En el artículo 3ero de la Constitución de ese país, se estable el delito de Traición a la Patria. Dicho artículo establece literalmente: “La traición contra los Estados Unidos sólo consistirá en hacer la guerra en su contra o en unirse a sus enemigos, impartiéndoles ayuda y protección. A ninguna persona se le condenará por traición si no es sobre la base de la declaración de dos testigos que hayan presenciado el mismo acto perpetrado abiertamente o de una confesión en sesión pública de un tribunal”.

La ejecución en este caso, fue la condena aplicada de acuerdo a lo normado en el código penal norteamericano que establece: “Si se demuestra en un juicio federal que por la acción de traición se provocó alguna víctima mortal, se procederá a la aplicación de la pena de muerte, sentencia que solo podrá ser modificada por el Presidente del Estado de la Unión, quien podrá cambiarla por cadena perpetua.

Esta pena deberá ser ejecutada en cualquier estado de la Unión, incluso si este ha abolido de su constitución estatal la pena de muerte”.

La acusación de Traición contra el matrimonio Rosenberg se justificó alegando que los acusados entregaron secretos del proyecto de desarrollo nuclear de los Estados Unidos a la Unión Soviética (URSS) y para justificar la ejecución, se les hizo responsables de las muertes estadounidenses en la guerra de Corea, pues, para el juez, la información filtrada a los rusos, les había ayudado a desarrollar la bomba atómica y provocar la “agresión comunista” en Corea.

El 19 de Junio de 1953 Julius Rosenberg fue ejecutado muriendo después de tres descargas en la silla eléctrica. Diez minutos más tarde, fallece su esposa, Ethel, después de cinco descargas, ya que la silla no se ajustaba a su cuerpo, tan pequeño.  

Valore usted amiga o amigo lector, (después de enterarse de la ejecución de los Rosenberg) que tanta autoridad moral tiene EEUU, para criticar y cuestionar la condena que acaba de aplicar Nicaragua a sus traidores, sólo quitándoles la nacionalidad y expulsándolos del suelo patrio, respetándoles la vida.

Pero bueno, es razonable atribuir este “desafortunado episodio” del pasado, a las terribles tensiones que existían entre la URSS y EEUU, producto de la bipolar y muy polarizada Guerra Fría, posterior a la segunda guerra mundial. Ahora, en pleno siglo 21, ya los Estados del mundo no le quitan la nacionalidad a sus ciudadanos, solo “el terrible y dictatorial” gobierno de Nicaragua. ¿Verdad?.

No, actualmente, hay dos razones por las que los Estados le quitan la nacionalidad a sus ciudadanos: Terrorismo y Traición a la Patria. 

Veamos que países le han quitado su nacionalidad, a sus ciudadanos por terroristas:

  • Estados Unidos: En virtud de la Ley de Nacionalidad y Control de la Inmigración de 1952, los ciudadanos estadounidenses pueden perder su nacionalidad si se unen a una organización terrorista extranjera y renuncian voluntariamente a su ciudadanía o realizan actos de traición contra los Estados Unidos.
  • Países Bajos: La Ley de Nacionalidad de 2003 permite la privación de la nacionalidad holandesa a los ciudadanos que sean considerados una amenaza para la seguridad nacional. Esta ley ha sido aplicada en varios casos de ciudadanos holandeses involucrados en actividades terroristas en el extranjero.
  •  Reino Unido: En virtud de la Ley de Inmigración y Nacionalidad de 2006, el gobierno británico puede privar a los ciudadanos británicos de su nacionalidad si se les considera una amenaza para la seguridad nacional. Esto ha sido utilizado en varios casos de ciudadanos británicos involucrados en actividades terroristas en el extranjero.
  •  Francia: En 2015, Francia introdujo una ley que permite la privación de nacionalidad a los ciudadanos franceses con doble nacionalidad que sean condenados por actos de terrorismo. Esta ley ha sido aplicada en varios casos, aunque ha sido criticada por grupos de derechos humanos.

Y por favor amigos lectores, no sean tan osados de cuestionar el derecho sagrado que tienen esos países “de primer mundo” de aplicar como castigo al terrorismo, la pérdida de la nacionalidad, pues solo ellos tienen derecho de aplicarlo en sus leyes y sus políticas de seguridad nacional, nosotros los “tercer mundistas” nicaragüenses, no tenemos tal derecho, según ellos.

Tampoco pongan reparo en que esos países “civilizados y obedientes del Estado de Derecho”, carecieron de alguna duda, al convertir en apátridas a sus ciudadanos y violar sus derechos humanos, haciendo a los condenados personas discriminadas en pro de la seguridad y el bien común en esos países.  Y ni siquiera me voy a dedicar, en este artículo, a hablar de la tristemente célebre “Ley Patriota” norteamericana. Impresionante el nivel de hipocresía del famoso “primer mundo”.

Ahora ocupémonos de los casos en que ciudadanos pierden su nacionalidad, por Traicionar a su Patria:

Argentina: La Constitución argentina establece que los ciudadanos pueden perder su nacionalidad si incurrieron en actos de traición a la patria. Esta medida ha sido aplicada en casos de ciudadanos argentinos involucrados en actividades terroristas o de espionaje en contra del Estado.

México: La Constitución mexicana establece que los ciudadanos pueden perder su nacionalidad si se naturalizan en otro país, aceptan o usan títulos nobiliarios extranjeros, o prestan servicios a un gobierno extranjero sin autorización del gobierno mexicano. Esta medida ha sido aplicada en casos de ciudadanos mexicanos que han aceptado cargos públicos en otros países sin la debida autorización.

España: La Ley de Nacionalidad Española permite la privación de la nacionalidad a aquellos ciudadanos que hayan incurrido en actos contrarios a los intereses de España o que hayan cometido actos de terrorismo, rebelión o sedición. Esta medida ha sido aplicada en casos de ciudadanos españoles involucrados en actividades terroristas o separatistas.

Veamos algunos casos emblemáticos, de pérdida de nacionalidad, por Traición a la Patria en Argentina,  España y México.

En Argentina, uno de los casos más emblemáticos de pérdida de nacionalidad por traición a la patria es el del exoficial de inteligencia, Rolando Graña, quien fue despojado de su nacionalidad argentina en 2010 después de haber sido condenado por el secuestro y asesinato de un ciudadano francés en la década de 1970 durante la dictadura militar en el país.

En España, el caso del exdirigente de ETA, Josu Ternera, quien fue privado de su nacionalidad española en 2019 después de haber sido condenado por su papel en la organización terrorista ETA. Ternera también fue condenado por su participación en el atentado perpetrado en 1987 contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza, en el que murieron once personas.

Y por último, en México, un caso reciente de pérdida de nacionalidad por traición a la patria es el del exgobernador del estado de Tamaulipas, Tomás Yarrington, quien fue despojado de su nacionalidad mexicana en 2020 después de ser condenado por cargos de corrupción y narcotráfico. Yarrington fue extraditado de Italia a México en 2018 para enfrentar cargos relacionados con su presunta colaboración con el cártel de los Zetas durante su mandato como gobernador.

La pérdida de la Nacionalidad por Traición a la Patria es una medida que se aplica en casos graves y que tiene como objetivo proteger la seguridad y la soberanía del Estado y que a pesar de la parcializada campaña opositora y los medios de comunicación con agenda política, también el gobierno de Nicaragua, tiene el deber por razones de seguridad nacional, de aplicar este tipo de pena.

En EEUU, se destacan como casos emblemáticos de Pérdida de Nacionalidad por Traición a la Patria, los siguientes casos ejemplificantes:

Tomoya Kawakita: Ciudadano estadounidense de origen japonés que trabajó como supervisor en un campo de prisioneros de guerra durante la Segunda Guerra Mundial. Kawakita fue acusado de maltratar a los prisioneros y de colaborar con las autoridades japonesas. Fue condenado por traición en 1952 y perdió su nacionalidad estadounidense.

Adam Gadahn: ciudadano estadounidense que se convirtió al islam y se unió a la organización terrorista Al-Qaeda. Gadahn fue acusado de varios delitos, incluyendo conspiración para cometer atentados terroristas y traición. Fue condenado en ausencia en 2015 y se le revocó su ciudadanía estadounidense.

John Walker Lindh: ciudadano estadounidense que se unió a los talibanes en Afganistán después de los ataques del 11 de septiembre. Fue capturado en 2001 y condenado por apoyar a los talibanes y por posesión de armas. En 2002, Lindh perdió su nacionalidad estadounidense como parte de un acuerdo de declaración de culpabilidad.

Y también hay que recordar, muy recientemente, el caso del Analista Informático de la Central de Inteligencia Americana (CIA), Edward Snowden, que actualmente reside en Rusia, donde solicitó asilo.

A continuación, les presento, amigas y amigos lectores, un cuadro detallando los casos en que los ciudadanos han perdido su nacionalidad por Traición a la Patria.

PAISAPÁTRIDA AÑO
Estados UnidosTomoya Kawakita1952
CanadáZakaria Amara2015
CanadáSaad Gaya2015
ColombiaPablo Emilio Guarín1993
EspañaInés del Río2015
EspañaMohammed Achraf2017
Estados UnidosJohn Walker Lindh2002
Estados UnidosAdam Gadahn2015
Estados UnidosEdward Snowden2013
FranciaHerbert Schandler1952
FranciaJean-Marie Lustiger1954
FranciaCarlos, el Chacal1997
TurquíaFethullah Gülen2016
TurquíaAhmet Altan2018
Reino UnidoAdam Brookman2015
Reino UnidoSally Jones2019

En conclusión queridas y queridos amigos lectores, al gobierno de Nicaragua se le acusa de despiadado y cruel, equiparándolo con las peores dictaduras del mundo, al aplicar condenas que le quitaron la Nacionalidad a Traidores de la Patria, mientras muchos países que se auto denominan defensores de los Derechos Humanos de esos ex ciudadanos nicaragüenses, hasta condenan a muerte a sus traidores (como el caso de EEUU). Cualquier Gobierno, cualquier Estado, en el mundo, está en la obligación de tomar medidas para proteger la seguridad nacional de sus ciudadanos en el territorio de su país, debe de defender a la nación del accionar de Traidores y Terroristas que pongan en peligro la vida, el bienestar, la integridad física, psicológica y emocional de sus gobernados.

Y no omito recordar que hasta ACNUR (La Agencia de la ONU para refugiados) reconoce circunstancias específicas, donde los países (que suscribieron convenciones para evitar la existencia de Apátridas) se vieron en la obligación de hacer cumplir el deber ciudadano de guardar lealtad al Estado, pues la Traición, es gravemente perjudicial para los intereses vitales de un Estado y sus ciudadanos.

Por último, al verificar que son varios los países que han aplicado la medida de quitarle la nacionalidad a sus ciudadanos (y no solo el gobierno de Nicaragua) sólo me queda recomendarles amigas y amigos, que no se dejen manipular, por campañas y agendas políticas hipócritas y con doble moral, que defienden a individuos que actuaron como Traidores en perjuicio del Estado de Nicaragua y sus ciudadanos.